Ya van cinco años desde el accidente que cambió su vida.
AFP
SANTIAGO.- En octubre de 2012,
Michael Schumacher anunció su retiro definitivo de la competencia de la Fórmula Uno. Ya había sido campeón siete veces y era toda una leyenda. Su objetivo era disfrutar a su familia.
Pero el destino diría otra cosa: el 29 de diciembre del 2013, hace cinco años -y pocos meses después de dejar los motores-, el alemán sufrió un grave y trágico accidente que le cambió la vida por completo.
Mientras esquiaba en Los Alpes franceses junto a su hijo Mick, de 14 años en ese entonces, perdió el control y se golpeó violentamente la cabeza contra una roca. El parte médico fue demoledor: traumatismo craneoencefálico severo, con hematomas intracraneales y edema cerebral difuso. Desde ese momento, el "Káiser" nunca volvería a ser el mismo.
Schumacher fue intervenido de urgencia en el Hospital Universitario de Grenoble en dos ocasiones. Tras las operaciones, quedó postrado por un largo tiempo. Se había confirmado lo peor. Y hasta ahora, su real estado de salud es toda una nebulosa.
Silencio absoluto
Desde que salió del coma en junio del 2014 y fue trasladado a su mansión en Suiza, el círculo cercano de "Schumi" optó por el hermetismo total y creó un verdadero cerco de hierro para protegerlo. Ninguno de sus familiares ha salido a hablar públicamente desde aquella fatídica mañana de domingo.
Todo lo que se sabe del ex piloto de Ferrari ha sido filtrado por amigos que lo han visitado en su hogar, especialmente acondicionado para su rehabilitación.
Por ejemplo, una fuente citada por la revista París Match aseguró que "cuando lo pones en su silla de ruedas frente al hermoso panorama de las montañas que miran al lago, Michael a veces llora".
Por su parte, el arzobispo alemán Georg Gänswein, quien visitó el 2016 a Schumacher, afirmó que "me senté frente a él, lo toqué con ambas manos y lo miré. Su cara, como todos sabemos, es la típica cara de Michael. Sólo se ha vuelto un poco más rellena".
Aunque no todas las versiones coinciden. Si bien algunos señalan que el ex corredor se encuentra postrado en una cama y que requiere de un respirador artificial para sobrevivir, un familiar suyo contó al diario inglés Daily Mail que sólo utiliza una silla de ruedas y que no depende de ninguna máquina.
Dicha fuente sostuvo además que Schumacher tiene la capacidad de concentrarse para ver carreras de la Fórmula Uno y que cuando escucha "rugir" los motores realiza algunas señales. Todo esto tendría ilusionados a sus cercanos y a sus miles de seguidores. La esperanza es lo último que se pierde.