SANTIAGO.- Son pasadas las 18:30 horas del lunes 7 de enero de 2019 y reina la calma en Avenida Quilín 5635. Eso hasta que por una de las radios de seguridad se da el aviso: "Ya va a salir, que nadie se acerque al auto".
Rápidamente los guardias toman posiciones y arman el operativo. Se colocan en puntos clave y cercan con tres conos para impedir que periodistas y camarógrafos se acerquen. ¿A quién? A Arturo Salah.
El, a esa altura ya ex presidente de la ANFP, aborda un auto gris, lo arranca y a marcha lenta comienza su partida de la que fue su "casa" durante tres años. Al pasar, levanta su mano y saluda.
Así se daba la partida de quien lideró el fútbol chileno entre 2016 y principio de 2019, en absoluto hermetismo y con un rostro serio, algo que se había repetido en el último tiempo.
Poco se le vio en los últimos meses. El ex entrenador prácticamente asistía sólo a eventos oficiales y cuando lo hacía las palabras eran escasas y en ocasiones nulas.
"Arturo estaba cansado, desgastado. Fueron tres años duros. Tuvo que levantar una ANFP que venía bajo las sombras de Jadue y todo ese trabajo al fin y al cabo le fue pasando la cuenta", dicen sus cercanos.
Para sus últimos meses de gestión, Salah optó por un perfil bajo y el hermetismo, a tal punto que su palabra ni siquiera pudo ser escuchada ante casos complicados como lo de Barnechea o una posible impugnación al triunfo de Sebastián Moreno
Incluso el lunes, en su último día de gestión, al ser consultado por estas situaciones, el ya ex timonel contestó brevemente y con algo de molestia.
"El proceso eleccionario fue impecable, muy bien hecho... Me voy tranquilo porque aquí se va a respetar siempre la institucionalidad", fue parte de su escueto discurso ante la prensa.
En ese mismo instante hubo otra muestra de que Salah ya no quería enfrentar los micrófonos, pues él apenas habló un minuto dejando que la atención recayera en el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez.
El ex mandamás de Blanco y Negro prefirió "salir de escena y aparecer lo menos posible". Incluso, en los últimos meses muchas veces fueron su vicepresidente, Andrés Fazio o el mismo Moreno -secretario general en su período- quienes dieron la cara ante distintos temas.
Mientras sus escuderos salían al frente, él cerraba los últimos detalles de su gestión en la ANFP y de su vínculo con la Conmebol, donde trabajaba muy de cerca con Domínguez.
Así, la parte final de su etapa al mando del fútbol chileno transcurrió entre eventos oficiales, fin de ciclos y la preparación del traspaso a Moreno.
Lo cierto es que se cierra una etapa en Quilín y ahora "Arturo se refugiará en su familia, descansará y de alguna u otra forma seguirá ligado al mundo del fútbol".
La historia de Salah al mando de la ANFP ya tuvo su capítulo final...
