SANTIAGO.-
La Universidad Católica tuvo un magro debut en la fase de grupos de la Copa Libertadores.
El cuadro chileno cayó 4-1 ante Libertad en Asunción y en los cuatro minutos de iniciado el compromiso ya perdía 2-0. Esos dos goles tenían nombre propio.
Adrián Martínez, delantero argentino de 26 años del equipo paraguayo, le propinaba dos estocadas a la UC, desdibujándola y haciéndole muy cuesta arriba el partido.
Pero este ariete, además de inflar redes, tiene una particular historia. A los 21 años trabajaba como recolector de basura y tras sufrir un accidente en uno de sus brazos, quedó inhabilitado para seguir laburando. Lo despidieron sin pagarle indemnización.
Aparte, en 2014, el futbolista estuvo privado de libertad por un delito que no cometió. En ese año, su hermano fue baleado y hubo gente que tomó represalias, incendiando la casa de los antisociales. Sin embargo, la policía culpó a Martínez, quien estuvo siete meses tras las rejas.
"No es lindo. Pasan muchas cosas. Hay mucha hambre. Dormís, comés y te acostás en el mismo lugar", dijo en entrevista al medio TN en 2018.
Luego de la cárcel, probó suerte en Defensores Unidos de Zárate del ascenso argentino, en donde se cansó de hacer goles.
Y terminando el 2018, el ariete arribó a Libertad tras una gran temporada en Sol de América, donde convirtió 12 goles en 17 partidos. Y su presente en la Libertadores es de ensueño: Lleva anotados seis goles entre fase eliminatoria y los dos de ayer ante los cruzados.