SANTIAGO.- Son pasadas las seis de la tarde de un día jueves
en el estadio Municipal de Peñalolén, recinto que durante la semana es el escenario de entrenamiento de varias escuelas de fútbol.
Pero el reducto deportivo no solo recibe a equipos formativos. También alberga los trabajos de un club, que ya comienza a asomarse en el lugar. Y no es cualquier equipo, es el vigente campeón del fútbol femenino recientemente premiado por la FIFA por los contratos profesionales que le realizó a sus jugadoras.
Son un grupo de aproximadamente 25 mujeres que ya traen colocada una indumentaria fluorescente. Algunas llegaron con tiempo, otras recién se aparecen corriendo tomándose el pelo o haciéndose un moño.
Al borde, hay una masajista que trata de mitigarle los dolores a una de las tres lesionadas del equipo. Nada que envidiarle a un club profesional masculino.
Es el plantel de Santiago Morning, la institución que está marcando el camino del crecimiento de esta disciplina y que representará a Chile en la próxima Copa Libertadores femenina.
Más que un equipo de fútbol
Las chicas ya están reunidas sobre el círculo central de la carpeta sintética y reciben las órdenes de la entrenadora Paula Navarro y su ayudante Giorgio Delgado.
Mientras las futbolistas escuchan atentas, se pasean dos perritas, las "regalonas" del plantel y que pertenecen a la DT. "Hoy día vamos a hacer énfasis en la finalización de jugadas. Luego trabajaremos la diagonal vertical", comienza diciendo Delgado. Vienen de golear 6-1 a la U en el debut, pero quedaron disconformes. "Pudieron ser cuatro más", se escucha.
Comienzan primero con las series de elongación para evitar lesiones y en minutos la pelota se pone en movimiento. Las chicas brillan por su técnica en el manejo de balón y también por una característica que Navarro les ha inculcado: Las figuras geométricas en la cancha.
"No tenemos posiciones fijas y constantemente vamos intercambiando roles", les grita la DT. Con el correr de los minutos, la práctica se va poniendo más intensa y las jugadoras se juegan la vida en cada pelota y ejercicio.
"Emi tenís que estar ganando la posición... ¡No ganaste la posición!", indica el mano derecha de Navarro tras un ejercicio mal ejecutado por una jugadora. Acto seguido, una pelota impacta de lleno uno de los obstáculos desplegados que simula un rival y las risas explotan. El ambiente es de plena camaradería.
"Somos una familia. Las chicas se conocen desde que eran pequeñas y hay muy buena onda. Eso sí, cuando hay que trabajar se trabaja", apunta un integrante del cuerpo técnico.
El sello de un equipo que quiere más competencia
Después de unos 60 minutos de trabajos focalizados en la definición y movimientos de ataque, viene la hora del fútbol puro. "Voy a armar un partidazo, dos tremendos equipos", comenta la DT Navarro.
Su promesa no es mentira. Media hora de intenso trámite con un marcado tono en la posesión, amplitud y rotación de posiciones: El sello e ideología que Navarro le ha traspasado a esta escuadra.
El partido es ampliamente favorable para las que no ocupan peto y se cierra con una exquisita definición de tiro libre. "¡Golazo!", grita al borde de la cancha l haitiana Roselord Borgella, quien está lesionada y festeja el tanto de bella factura, pero con algo de limitaciones producto de la bota ortopédica que está usando.
"Varios clubes nos han llamado y los hemos ayudado entregándoles nuestra experiencia
Paula Navarro, DT de S. Morning
Después de una hora y media, culmina otro día más de práctica del conjunto bohemio. Las chicas terminan exhaustas, pero con el deber cumplido y sin conformarse, pese al arrollador debut en el Torneo.
Y de paso continuar en la senda de sus abultadas victorias para seguir siendo visto como un modelo a seguir por su pares. ¿El objetivo? Paradójicamente que sus rivales mejoren.
"Queremos que todos los equipos femeninos mejoren. Varios nos han llamado y los hemos ayudado entregándoles nuestra experiencia. Necesitamos más competencia y así no sólo nosotros crecemos, también todo el fútbol femenino. Hay que acortar la brecha con el fútbol masculino, que genera toda la plata y y se lleva toda visibilidad", acota Navarro, mientras les quita la correa a sus mascotas -que tuvieron que ser amarradas por el fútbol 11- y sus pupilas se despiden amigablemente.
Precisamente esa reflexión se manifiesta en la manera en que las futbolistas se retiran del Municipal de Peñalolén: Algunas se marchan en vehículos muy distintos a los deportivos que comúnmente se ven estacionados a las afueras de un entrenamiento de un primer equipo masculino. Incluso una de sus figuras se retira en taxi.
"Tengo espacio. Paso por el metro Grecia por si a alguien le sirve", avisa la mediocampista Daniela Pardo, quien divide sus trabajos entre la "Roja" y el "Chaguito". La tocopillana Javiera Toro acoge su ofrecimiento y ya enmendan destino rumbo a casa.
El sol ya está al caer y se prenden los focos del Municipal para recibir a otro elenco femenino, pero esta vez uno amateur. "Qué ganas de ser parte del 'Chaguito'", se le oye decir a una niña que no supera los 16 años. Es lo que refleja este equipo femenino que si bien es el más profesional de toda su rama, no quiere quedarse estancado y aboga por llevar a todos por la ruta del crecimiento...
