La llegada de
Zinedine Zidane al Real Madrid fue una bomba.
Una verdadera bomba. El técnico, ganador de tres Champions League con los merengues, volvía al cuadro blanco tras meses de inactividad.
Y uno de los futbolistas que se vio beneficiado por el arribo del adiestrador francés fue el volante español Francisco Alarcón "Isco".
El jugador malagueño casi no tenía minutos con el antiguo entrenador,
Santiago Solari. Y antes de él, tampoco jugó demasiado con
Julen Lopetegui, por una desafortunada apendicitis que lo sacó de forma.
Ha sido una temporada extraña para Isco. De relegado, a solución. ¿Por qué?
Desde la llegada de Zidane, el ex Málaga ha sido titular en los dos duelos que el Madrid ha disputado en la Liga, donde fue protagonista en los triunfos ante el Celta (2-0) y frente al Huesca (3-2), con remontada incluida.
Y además, ha marcado en ambos cotejos abriendo la cuenta, siendo vital en el andamiaje del equipo y reencantándose con su fútbol, ese fútbol que no podía desplegar con Solari.
Ahora, Isco está en estado de gracia. O por lo menos, cuenta para Zidane. A punta de goles y buen juego, el volante comienza a encarrilar su temporada.