Polémica y lamentable situación en Italia. Moise Kean fue víctima de racismo en el duelo entre Juventus y Cagliari por el Calcio.
La situación desencajó al joven delantero de 19 años, quien tras anotar el 2-0 de su equipo respondió a las provocaciones que venían desde las gradas.
Lo hizo haciendo la "estatua" y extendiendo sus brazos. Un gesto que desató la ira de los ultras, que incluso le tiraron un vaso que no llegó a golpearle.
Su festejo fue aplaudido en las redes sociales, pues decidió encarar a quienes estaban lanzando insultos desde las tribunas.
Massimiliano Allegri denunció el comportamiento racista de algunos aficionados: "Como es habitual, hay algunos imbéciles pero también personas normales. Los no civilizados deben identificarse con las cámaras y no deben entrar más".
Eso sí, el entrenador de la "Vecchia Signora" también censuró el festejo de su jugador: "Debe evitar un poco de júbilo y un gesto demasiado pequeño. Debemos tener respeto por el oponente".
Kean no fue el único jugador víctima de racismo en el encuentro. Sufrieron con los cánticos y burlas otros futbolistas como Blaise Matuidi y Alex Sandro.
Tras el partido, Leonardo Bonucci, compañero de Kean y Matuidi provocó más polémica al responsabilizar -en parte- al joven Kean de lo sucedido, porque el delantero, de 19 años, desafió a la grada quedándose inmóvil frente a los aficionados rivales, con los brazos abiertos.
"Kean sabe que cuando marca, debe festejarlo con sus compañeros. Sabe que podría haber hecho algo diferente", declaró el defensa.
"Hubo gritos racistas tras el gol. Blaise los ha escuchado y estaba enojado. Creo que hay responsabilidad por ambas partes. Moise no debería haberlo hecho (festejar de esa manera) y la curva no debería haber reaccionado así", añadió.