El choque entre Christie y Ball.
SNS
El fútbol escocés no se caracteriza por la finura. Fieles a la tradicional escuela británica,
en sus canchas abundan patadas, sangre y lesiones que demandan largo tiempo en la enfermería. La última prueba de ello ocurrió el fin de semana pasado.
El Aberdeen jugaba con el poderoso Celtic por una de las semifinales de la Copa de Escocia. Cuando iban 35 minutos de la primera mitad, Ryan Christie, volante del elenco de Glasgow, saltó a disputar la pelota y recibió un brutal cabezazo de Dominic Ball.
El árbitro expulsó inmediatamente al jugador del equipo local y pidió atención médica para Christie, que tuvo que dejar la cancha en camilla y con cuello ortopédico. Ya se confirmó que tendrá que ir a pabellón.
"Está programado que Ryan se someta a una cirugía facial este jueves. En esta etapa no podemos dar ninguna indicación específica en una escala de tiempo para su regreso a la acción. Pero, por supuesto, todos desean lo mejor a Ryan en su recuperación", informó su club a través de un comunicado.
Christie, que jugó en el Aberdeen, se tomó con humor lo sucedido. El jugador de 24 años sabe que en su tierra las heridas de guerra representan orgullo. "Se rumorea que ganamos 3-0...Muchas gracias a todos por sus mensajes de apoyo", comentó en su cuenta de instagram.
Al menos su equipo le dio una alegría. El Celtic avanzó de ronda y definirá al campeón ante el Hearts.
Así quedó el futbolista: