Alfonso Parot tuvo que ser vendado por un corte.
EFE
El Rosario Central de Alfonso Parot y Leonardo Gil, que había ganado la Copa Argentina el año pasado, tenía la posibilidad de sumar un nuevo título en la final de la Supercopa frente a Boca Juniors. Sin embargo, la alegría fue para los xeneizes. Tras empatar a cero en el tiempo regular, los de Buenos Aires se impusieron 6-5 en penales.
Ambos futbolistas chilenos fueron titulares, se mantuvieron todo el partido en cancha y convirtieron en la tanda. Parot aportó su habitual ímpetu por la banda izquierda, se ganó una tarjeta amarilla y terminó vendado por un profundo corte en su frente. Gil, en tanto, estuvo más preocupado del quite y de las coberturas que de atacar en la mitad de la cancha.
El cuadro boquense mandó con la pelota desde el inicio e inclinó la cancha. El "Canalla", en cambio, casi no pateó al arco.
En el segundo tiempo, Boca pegó cuatro tiros en los palos. En uno de ellos, la pelota pareció picar adentro. Se echó de menos el VAR.
Tanto Central como los xeneizes convirtieron sus primeros cinco tiros desde los once metros. Pero Rinaudo falló para los rosarinos y Carlos Izquierdoz aprovechó.
Tristeza para los chilenos y alegría para los azul y oro, que se sacan la espina de la final perdida con River Plate en la última Copa Libertadores.