La leyenda del fútbol español, Iker Casillas, salió este lunes del hospital portugués en el que ingresó el miércoles tras sufrir un infarto al miocardio durante un entrenamiento con el Porto y reconoció, emocionado, que no sabe cómo será su vida a partir de ahora.
"Hace unos días tuve un acontecimiento, me tocó a mí y aquí estamos. Es difícil hablar, estoy muy agradecido, he tenido mucha suerte. Me han hecho sentir muy querido los que se han preocupado. Me emociono un poco, no quiero olvidar al hospital, al doctor Nelson, la gente del Porto, a los médicos y a todos", señaló a los periodistas que le esperaban delante del hospital privado de Porto en el que se recuperaba.
El campeón del mundo (2010) y doble campeón de Europa con la Roja (2008 y 2012) sufrió un infarto agudo en un entrenamiento del Porto y fue inmediatamente trasladado al hospital donde fue intervenido. Según la prensa portuguesa, Casillas fue operado para ponerle un catéter.
Este lunes abandonó el recinto junto a su pareja, la periodista Sara Carbonero, con la que tiene dos niños, Martín (5 años) y Lucas (2 años).
"Me emociono al ver a tanta que gente que ha venido aquí a demostrar su cariño. Ahora me encuentro mucho mejor. Será un reposo de un par de semanas, incluso un par de meses, no sé, la verdad es que me da igual", continuó el icono del Real Madrid.
"No sé qué será del futuro, lo importante es estar aquí. Muchas gracias por la espera y nos veremos pronto", concluyó el futbolista que cumplirá 38 años el 20 de mayo.
El español había renovado recientemente su contrato con el Porto hasta 2020, con un curso más opcional, por lo que tenía previsto continuar en el club hasta los 40 años.
Casillas llegó al Porto en 2015 tras 25 años en el Real Madrid, con el que ganó tres Ligas de Campeones (2000, 2002, 2014). En 2018 había superado los 1.000 partidos como profesional.