El suizo Roger Federer se exhibió ante el francés Richard Gasquet para derrotarlo por 6-2 y 6-3, y avanzar a los octavos de final del Masters 1000 de Madrid, en su vuelta a la arcilla después de casi tres años.
Tras disputar su último partido en esta superficie el 12 de mayo de 2016 en Roma, cuando cayó ante Dominic Thiem, y tras 20 días de preparación en los Alpes suizos, al de Basilea no se le ha olvidado como deslizarse sobre tierra batida.
Lo demostró en tan solo 52 minutos, delante de unos 9.000 espectadores que no quisieron perderse su regreso.
En Madrid, terreno propicio para su juego, donde se proclamó campeón tres veces (2006,2009 y 2012), el actual número tres del mundo, tiene un campo abonado para sus golpes.
"Estoy contento de estar aquí, también los he echado de menos", dijo Federer dirigiéndose al público a pie de pista. "Esta noche ha sido muy especial para mí", añadió. "He estado un poco nervioso antes del partido, pero es algo normal y luego he jugado un buen encuentro".
Ese gran regreso lo pagó Gasquet, un jugador de gran revés a una mano, ex número 7 del mundo, pero que tras ser operado de una hernia en enero y ganar con apuros al español Alejandro Davidovich, en su primer partido de la temporada, poco podía hacer ante el genio suizo, que le ha vencido ya en 18 ocasiones.
Federer, cuyo última actuación en la Caja Mágica se produjo en 2015, con derrota ante el australiano Nick Kyrgios, ha vuelto a incluir tierra en su calendario. La echaba de menos, como él mismo admitió en su primera conferencia de prensa esta semana.
Ahora se desliza en Madrid de nuevo, y en octavos se enfrentará con el ganador del encuentro entre el francés Gael Monfils, 15º cabeza de serie, y el húngaro Marton Fucsovics, que derrotó al belga David Goffin, por 6-4 y 7-5.
