En el frío sur de Chile y cerca de la belleza y exuberancia que ofrece la selva valdiviana, un delantero nacido en Argentina, parece haber encontrado su renacer en el balompié criollo.
En nuestro país ha vivido de todo. Su mejor temporada la completó con Cobreloa, convirtió goles en todos los equipos que estuvo. Pero también se hizo conocido por un recordado incidente en San Carlos de Apoquindo hace ya casi tres temporadas.
Es Marco Sebastián Pol Gutiérrez, quien ya más maduro y con 31 años a cuestas, repasa con Emol estos episodios y el renacer que hoy vive en la Primera B con Deportes Valdivia, siendo el artillero de la categoría con 10 tantos en igual número de presencias.
"Estoy contento por este buen momento y por ser el goleador del torneo. Lo más importante es lo grupal, gracias al cuerpo técnico y mis compañeros llevo esta cantidad deN goles", reconoce el trasandino.
- La mayoría de tu carrera la has desarrollado en clubes del norte, ¿Cómo es lidiar con el frío y la lluvia casi permanente de Valdivia?
- "Es la primera vez que estoy en el sur. Me ha tratado bien la gente, la dirigencia. Es una ciudad que da gusto vivir. Vivo al lado del río, es una ciudad preciosa. La gente que anda por la calle es muy amable".
- A decir por tus estadísticas, caíste calado en el esquema de Jorge Aravena. ¿Con qué plantel te encontraste cuando llegaste?
- "Con uno muy bueno. Tengo compañeros que saben manejar la pelotita...el equipo conservó la base de la buena campaña del año pasado y el entrenador eligió algunos puestos para reforzarnos. El equipo quiere pelear el ascenso".
Los contrastes que le ha entregado un país del que ya es parte
Entrando en materia profunda de la conversación, antes de recordar los momentos que más lo marcaron en el fútbol chileno, Pol revela una primicia. "Desde hoy puedo decir que soy un chileno más con mucho orgullo", dice.
Hace una semana recibió la nacionalidad y la noticia también beneficiará a su escuadra, que ahora podrá considerar un cupo de extranjero adicional.
"He pasado momentos muy lindos en este país. Mi señora y mi hija son chilenas. Esperaba mucho la nacionalidad, porque se te pueden abrir más puertas. Por un error te juzgan mal sin conocerte, pero eso no empaña lo bueno que vos 'hacés'", relata.
"Que todo el mundo te señale con el dedo y hable mal de ti...duele"
Sebastián Pol
Tras esas palabras, resulta inevitable preguntarle al atacante si ese error al que hace referencia es el capítulo más oscuro de su trayectoria. Ocurrió un sábado 29 de octubre de 2016. Ese día, explotó ante los insultos de un hincha de la UC, trepó la reja de la tribuna Sergio Livingstone y le propinó una patada. Fue detenido, formalizado y sancionado por ocho fechas.
El nacido en Tunuyán siendo subido a un retén móvil tras su día de furia.
Su imagen retirándose escoltado por efectivos policiales es algo fuerte para él. Tan recio y lapidario como el escarnio social que recibió por dicha reacción.
- ¿Te arrepientes de esa actitud? ¿ Fue lo más duro que te tocó vivir en tu carrera?
- "Claro que sí. A veces la gente se equivoca, uno es profesional y sé que no debí hacerlo. Afectó a mi familia. Que todo el mundo te señale con el dedo y hable mal de ti...duele".
- ¿Sentiste que te dieron en el suelo?
- "Y sí... me trataron como un delincuente, cuando uno no ha venido a robar o venir de paso. Yo no soy de esos jugadores que anda en el Instagram, alabándome porque soy el goleador del torneo. Las cosas hablan por sí solas".
- ¿Por qué lo dices?
- "En todos los clubes que estuve fui el goleador del equipo, salvo en Arica, donde me corté los ligamentos cruzados."
Pol festejando en Cobreloa. Con los loínos tuvo su paso más prolífico en canchas criollas: Marcó 21 tantos
- ¿Eres un agradecido de Chile?
- "Este país y en particular Cobreloa me abrió las puertas y siempre les estaré agradecido. Es uno de los equipos que no puede estar en la B, pero el fútbol a veces es un poco cruel".
Son las sinceras reflexiones de este artillero que con los colores del "Torreón" busca relanzar su carrera y volver a la División en la que supo despuntar con su olfato goleador...