SANTIAGO.- Esteban Paredes estuvo entre algodones toda la semana y su estado físico era tema en todas las conferencias previas al Superclásico.
El entrenador Mario Salas guardó el suspenso hasta el último día y su presencia como titular en el Superclásico ante la U era una verdadera incógnita.
Según pudo averiguar
Emol, el atacante no se quería perder el cotejo en Ñuñoa por ningún motivo. Su lesión en el aductor de la pierna izquierda no fue superada del todo, pese a que Salas en conferencia dijo que había trabajado "normal" junto al resto de sus compañeros.
A partir de ese deseo personal del jugador de estar sí o sí desde el minuto uno, Salas terminó por incluirlo en la oncena estelar. Un riesgo y una jugada que no salió bien ni para el goleador (que sabía que era su penúltimo duelo de esta índole) ni para el equipo.
Paredes se vio muy a mal traer físicamente desde el inicio del partido. A cada cruce con los defensas laicos, llegaba algo tarde.
Además, en varias ocasiones no pudo conectarse con Jorge Valdivia, algo que afectó el andamiaje colectivo del Cacique en su último cuarto de cancha.
Como nunca antes, el delantero se vio ausente en un partido en el que por historia y estadísticas es uno de sus preferidos. Sobre el final del primer tiempo, Paredes cerró su negra jornada: Su aductor ya no daba más y pidió el cambio.
Tuvo que ver el complemento en la banca y una vez terminado el pleito en Ñuñoa, se retiró con una evidente cojera.
Desde el cuerpo médico albo, aseguraron que su lesión se recrudeció y que el lunes será sometido a exámenes. Los pronósticos no son alentadores y Paredes podría pagar caro el riesgo que corrió...