Henríquez anotó el empate.
Photosport
Universidad de Chile llegaba con tranquilidad al duelo de vuelta con Rangers por la segunda fase de la Copa Chile. Pese a no jugar bien, se había impuesto por 0-2 en la ida. Sin embargo, este miércoles los talquinos desnudaron todas las falencias que un equipo frágil y merecieron algo más que un empate a uno en el Estadio Nacional.
El que evitó el desastre azul fue Fernando De Paul. El arquero tuvo al menos cinco atajadas vitales y demostró que es un digno reemplazo de Johnny Herrera.
La escuadra del Maule rápidamente encontró el gol. Tras un centro pasado desde la derecha, Michael Ríos se sacó con clase a su marcador y definió con un tiro cruzado a los 4'.
Los de la Séptima Región imponían un alto ritmo de juego, presionando con fuerza en mitad de cancha. Ríos dirigía con maestría a su elenco y era bien escudado por el movedizo Diego Pezoa. Ambos estuvieron a punto de anotar el segundo e igualar la serie, pero Fernando De Paul estuvo monumental para evitarlo en tres ocasiones.
A los 16' Nicolás Oroz filtró entre líneas un pase para Sebastián Ubilla y casi llega el empate azul. Fue la única clara que tuvieron. Oroz aparecía a cuentagotas y tanto Ángelo Henríquez como Leandro Benegas se perdían entre medio de los centrales.
No mejoró el elenco de Alfredo Arias tras retornar de camarines. Sin mucho fútbol, se sostuvo en un gran De Paul. El golero le alcanzó a meter la mano a un zurdazo de Nicolás Rivera y sacó casi en la línea un cabezazo bombeado de Diego Bielkiewickz.
El alivio de los laicos llegó a los 67'. Centro desde la izquierda de Matías Campos Toro, Sebastián Ubilla ganó por aire y la zaga visitante se quedó estática mientras Ángelo Henríquez empujaba el balón en la boca del arco. El cuestionado delantero no anotaba desde octubre pasado.
Sin embargo, el gol no logró poner de rodillas a Rangers, que siguió machacando. Felipe Fritz azotó el poste y Jorge Luna hizo trabajar en dos ocasiones a De Paul.
Con este resultado, la U ya está en octavos de final de la Copa Chile. Si bien el objetivo está cumplido, el juego todavía está en deuda.
