Carlos Queiroz es un técnico con casi cuarenta años de experiencia y mucha historia sobre sus hombros. Pocos pueden decir que han trabajado con Sir Alex Ferguson o que se pelearon con Florentino Pérez mientras dirigían al Real Madrid o que le aclararon las reglas juego a un joven y rebelde Cristiano Ronaldo.
Queiroz empezó dirigiendo en las inferiores del Belenenses en 1980. En ese momento, estaba en las dos orillas del río: en la cancha y en la Universidad Técnica de Lisboa. En una época en que el foco estaba puesto en la biomecánica y en la fisiología, él se puso de cabeza a investigar las metodologías de entrenamiento.
Analizó las escuelas de Sudamérica, Europa Meridional, Inglaterra, Alemania y de los países del este para llegar a una conclusión que guiaría su carrera. El juego, según él, se fundamenta espacio, tiempo y número. Y esos tres vectores básicos no estaban siendo considerados a la hora de planificar.
"Primero entrenaban la física, mañana la técnica, pasado la táctica. ¡Y la suma no daba el todo, es más, tiene que dar el todo con una componente muy importante, que es la libertad de decisión. Los entrenamientos tenían que reflejar la naturaleza del juego", explicó hace unos años en una entrevista concedida a El País.
Los diamantes en bruto que convirtió en leyendas
En 1989 lo pusieron a cargo de la Sub-16 y Sub-20 de Portugal. Pasó de la teoría a la práctica y se convirtió en el padre de una época de oro para el fútbol luso.
Bajo su ojo clínico se fueron puliendo futbolistas del calibre de Figo, Joao Pinto o Rui Costa. Con ellos, fue campeón mundial juvenil en el 91'. Sin embargo, su primer gran logro vendría seguido de un duro revés. Lo pusieron a cargo de la selección mayor y no logró clasificar al Mundial de Estados Unidos.
Tras ello, tuvo pasos ingratos por el Sporting de Lisboa, Estados Unidos, Japón y Emiratos Árabes.Volvió a las primeras planas llevando a Sudáfrica al Mundial de Corea y Japón, aunque renunció antes de la Copa. Poco después, entraría en contacto con el poderoso representante Jorge Mendes. Su carrera no volvería a ser la misma.
Junto al histórico DT escocés de los "Diablos Rojos"}
El agente logró colocarlo en el Manchester United como ayudante del Sir Alex Ferguson y, luego de una temporada exitosa, le consiguió el puesto de entrenador en jefe del Real Madrid. Pese a que tenía a la famosa plantilla de los "Galácticos", solo pudo ganar la Supercopa de España en la campaña 2003/04 y acaba peleándose con el presidente Florentino Pérez por la contratación de Sergio Ramos y toda su política de fichajes.
"Sergio fue una de mis derrotas. La prensa conoce bien mis derrotas con el Madrid al final de la temporada 2003-2004. Hablo de mis derrotas con el presidente Florentino Pérez. El presidente ganó con sus decisiones y los que quisimos traer a Sergio Ramos del Sevilla en 2004 perdimos. Así es que Florentino 5, y Queiroz y Valdano 0. Lo ficharon más tarde, en 2005, y fue mucho más caro. Yo peleé mucho para traer a Pepe y a Sergio. ¿Recuerdan cuando yo decía que un Ferrari con tres ruedas no puede correr?", comentó.
Volvió al lado de Ferguson para dejar en el olvido la mala experiencia en . En la fría ciudad inglesa, se encontró con un conocido, un muchacho todavía espinilludo y con aires de grandeza: Cristiano Ronaldo. Recuerda que un día lo llamó a su oficina para aterrizarlo.
"Hemos trabajado un tiempo, te conozco desde que jugabas en el Sporting y vamos a llegar a un acuerdo entre los dos: tú naciste para ser el mejor jugador del mundo; si estás dispuesto a trabajar y a caminar para ser el mejor del mundo; yo estoy dispuesto a trabajar encantado contigo. Hay un precio para pagar en la vida cuando quieres tener éxito. Si quieres te vas a casa, piensas y mañana hablamos y empezamos un nuevo día de trabajo. Porque ya eres un gran jugador de fútbol. Pero llegar a ser el mejor es otra cosa", contó.
En 2008 volvió a la banca de Portugal y se tomó revancha clasificando al Mundial de Sudáfrica. Sin embargo, fue eliminado por la campeona España en octavos y poco después lo despidieron. Hizo las maletas y partió a Irán. En Asia hizo historia. Llevó al equipo a los mundiales de Brasil 2014 y Rusia 2018.
En febrero de este año, asumió en Colombia. No era fácil reemplazar a José Pekerman. Pero hasta el momento ha cumplido. Ha ganado los tres partidos que ha disputado en Copa América, no le han convertido goles y ahora va por Chile. Es un entrenador al que no le quedan los rótulos y que se adapta a lo que tiene. Su filosofía es el estudio y ya debe tener analizado al detalle a cada jugador del equipo de Reinaldo Rueda.