Iker Casillas en una práctica con el Porto.
EFE
Luego de terminar un entrenamiento con el Porto el primero de mayo, Iker Casillas se comenzó a sentir mal. Rápidamente fue trasladado a un hospital y tuvo que ser intervenido: sufría un infarto al miocardio.
Han pasado más de dos meses del hecho y el golero español decidió ponerle un freno a su carrera. Sin embargo, seguirá vinculado al cuadro portugués.
"Voy a hacer algo diferente a lo que hacía, que era estar en la cancha. Intentaré unir al equipo con el club. El técnico me pidió que me quedase con ellos, cerca de los jugadores más nuevos porque iba a haber varios cambios", dijo el ex Real Madrid.
Su experiencia y su carácter siempre fueron valorados en el camarín del Porto, algo que no pasó desapercibido para el DT Sérgio Conceição.
"El entrenador habló conmigo la pasada temporada cuando se produjo mi situación y me dijo que quería que me quedara con ellos, cerca de los jugadores, cerca de los más jóvenes, porque habría varias cambios", comentó.
A sus 38 años, parece que es el final del camino para el ganador de dos Eurocopas, un Mundial, tres Champions League y cinco ligas hispanas. En septiembre de este año se cumplían veinte años desde su debut como profesional.