El australiano Mack Horton, alejado del podio el pasado domingo.
AFP
Ha sido la polémica que ha encendido el Mundial de Gwangju, en Corea del Sur. Comenzó el domingo pasado y hoy vuelve a sumar otro episodio.
Hace tres días, el controversial nadador chino Sun Yang se colgaba la medalla de oro tras brillar en los 400 metros libres, pero el australiano que logró plata, Mack Horton, en un acto de rebeldía, se negó a compartir podio con él. ¿Por qué?
El asiático, quien estuvo tres meses impedido de competir durante el 2014 por consumo de trimetazidina, una sustancia prohibida, en septiembre de 2018 desató la polémica al negarse a un control antidopaje.
Según información del The Daily Telegraph en su versión australiana, Sun Yang "rompió a martillazos el el frasco con la muestra de sangre que le habían extraído".
Sin embargo, y contra todo pronóstico, la FINA, federación internacional, le permitió nadar en la presente competición.
El británico Duncan Scott, bronce en 200 m libres, alejado del podio.
"Me siento frustrado. No creo que tenga que decir nada más. Ustedes saben porque. Lo que ha hecho y cómo ha sucedido todo, hablan por sí mismo", dijo Horton tras conseguir su presea plateada el domingo pasado.
De hecho, la estadounidense Lilly King, doble campeona olímpica y cuatro veces campeona del mundo, se cuadró con el océanico: "Cuando llegó al restaurante de los deportistas (luego de la ceremonia de entrega de medallas), todo el mundo se puso a aplaudir, sentó muy bien ver a los nadadores unidos con él".
Pero hoy martes, la polémica sumó otro capítulo. En los 200 metros libres, el chino volvió a ganar el oro y el británico Duncan Scott se quedó con el bronce.
Y en una acción de apoyo a Horton, el inglés tampoco compartió podio con Sun Yang. "Soy el equipo Mack", dijo tras salir de piscina.
De igual manera, todo esto se decidirá en septiembre próximo. Ahí, el asiático de 28 años tendrá que declarar ante el TAS, lo que podría acabar con su carrera.