Sigue dando de que hablar.
EFE
Nick Kyrgios es todo un personaje. Eso está claro. Y como tal genera la admiración de unos y el desprecio de otros. Pero a él -la verdad- es que poco le importa.
Y así lo demuestra en cada partido. Oportunidad que tiene la usa para hacer de las suyas. Esta vez el ATP de Washington supo de sus excentricidades.
En el partido por los octavos de final frente al japonés Yoshihito Nishioka, el controvertido tenista australiano se lució con un excelente punto con una "Gran Willy" incluida.
Pero no sólo eso. También intentó su ya habitual saque por abajo para sorprender al rival, sin embargo, esta vez la acción fue frustrada pues el contrincante se dio cuenta a tiempo y Kyrgios se arrepintió.
Como si eso fuera poco, el australiano también vivió un momento de furia cuando le lanzó una botella a la silla del juez del principal.
"Se me resbaló", fue la insólita justificación del polémico tenista cuando el umpire le preguntó por qué lo había hecho. Increíble.