Fue la noticia triste y dramática del fin de semana deportivo. Tres personas resultaron muertas y otra docena heridas en los graves disturbios registrados en
Honduras luego del ataque que sufrió el autobús del equipo Motagua.
Entre esas doce personas heridas hubo tres jugadores del mencionado equipo, que sufrió con la rudeza de los hinchas del Olimpia, el rival clásico del Motagua.
Uno de ellos fue el argentino Jonathan Rougier, quien dio dramáticos detalles de lo que vivió arriba del bus mientras el vehículo recibía el ataque de los furiosos forofos.
"Dentro de las cosas que me pasaron, cuando estallaron los vidrios me cayeron en la boca. Y así me entraron esquirlas y en el mismo accionar de tragar algunas se fueron para la garganta y para la traquea. Pero ya está, no pasó a mayores, por lo menos en mi caso. Otro compañero terminó con tres vidrios en el ojo. Tragué esquirlas, me entró vidrio molido por los dientes", confesó en entrevista con Olé.
Siguiendo con su crudo relato, Rougier agregó que "fue el susto más grande de mi vida. Pero lo mío es una anécdota, lo principal es la solidaridad con los familiares de las personas muertas. Tiraron botellas de cerveza, licor y vodka, todas llenas. Reventaron los vidrios y varias pasaron por el mismo agujero de un impacto y les pegaron a unos compañeros. Algunos botellazos pasaron de largo, otros no".
Finalmente, dejó en claro la intranquilidad que de ahora en más sentirán él y sus compañeros cuando se trasladen a un partido de fútbol en bus.
"Estamos temerosos de lo que pueda pasar, cada vez que nos vamos en los buses uno puede tener miedo, porque lo que pasó fue muy grave. Yo estoy agradecido a la gente, como a todos los familiares y amigos que se preocuparon por mí", concluyó el trasandino.