La Universidad de Chile empató un partido que perfectamente pudo haber ganado. Igualó ante la UC en el Nacional ante 39 mil personas y pese a la paridad, sacaron cuentas alegres.
Sí, porque el cuadro azul fue superior gran parte del partido. Maniataron a los cruzados, los obligaron a defender muy atrás y convirtieron al arquero Matías Dituro en figura excluyente del compromiso.
Una vez terminado el partido, quedó la sensación de que le faltó tiempo a los laicos para quedarse con la victoria.
Y eso lo reflejó el camarín de los jugadores dirigidos por Hernán Caputto.
El primer futbolista en abandonar la zona mixta fue Camilo Moya. El volante estuvo a gran nivel, se empieza a consolidar en la mitad del campo y aunque no se detuvo a hablar, transmitió una sonrisa de "oreja a oreja".
Luego, pasaron Rodrigo Echeverría y Sebastián Ubilla, acompañados de sus hijos y tampoco conversaron con los medios, pero sus rostros daban a entender que habían hecho las cosas bien.
Después paró el capitán, Matías Rodríguez. El argentino, con un ojo al maltraer por un choque con Germán Lanaro, sostuvo: "Tuvimos más situaciones, manejamos el partido y nos vamos con el gusto de que podría haber sido para nosotros. Rescatar lo bueno y a mejorar lo que se hizo mal".
Otro que cruzó con una tímida sonrisa dibujada en su cara fue Ángelo Henríquez. El delantero después de mucho tiempo era titular y volvió a marcar. Después salió reemplazado por calambres bajó los aplausos de la parcialidad azul.
El atacante manifestó que "jugando así podemos salir de esta situación mala en la que estamos.
Hoy era un rival difícil y estuvimos mejor que ellos".
También, el propio Caputto en conferencia de prensa alabó el cometido de su equipo. "Respetamos muchísimo a Católica, pero fuimos avasallantes, fuimos agresivos en la recuperación del balón y a la hora de atacar. Hoy tuvimos 25 tiros de los cuales 10 fueron al arco y ocho de ellos los tapó Dituro. Es un tema importante".
Así, los azules pese al empate sacan cuentas positivas. Sumaron un punto en su lucha por zafar de la zona de descenso, pero de no haber sido por la actuación de Dituro, serían tres. Los mismos laicos esperan que las sonrisas persistan.