La polémica está lejos de acabar entre la NBA y China luego del polémico tuit que escribió el gerente de Houston Rockets, Daryl Morey, en el que apoyaba a los manifestantes de Hong Kong.
"Lucha por la libertad. Apoya a Hong Kong", rezaba el mensaje del directivo que fue borrado inmediatamente el pasado viernes.
Ante esta situación, la televisión china hizo público su repudio a acciones que atentan contra su gobierno y decidió suspender la retransmisión de partidos de exhibición que iban a animar los Lakers y los Nets en suelo asiático.
La respuesta de la NBA no se hizo esperar. En un principio habían pedido disculpas a todos los fanáticos chinos por el mensaje de Morey pero hoy el comisionado de la organización, Adam Silver, aclaró que respetan la libertad de expresión.
"La NBA no se plantea reglamentar lo que los jugadores, asalariados y propietarios de los clubes digan o no digan sobre esos temas. No pediremos perdón por el hecho de que Daryl hiciese uso de su libertad de expresión", afirmó el directivo en un comunicado. La relación está en un punto crítico y amenaza con deteriorar un importante nexo.
El nexo que se ve amenazado
El mercado chino es uno de los que más ingresos le genera a la NBA, luego del impacto que generó la llegada del ex basquetbolista y hoy presidente de la asociación de básquetbol china, Yao Ming, precisamente a los Rockets en 2002.
En la temporada 2017-18, 640 millones de personas en China vieron partidos de la NBA. La final de esta temporada fue vista por 17,7 millones de estadounidenses. De ahí la razón de las iniciales disculpas de la organización.
Además, la televisión estatal china y Tencent son importantes socios que le reportan cerca de 1.500 millones de dólares por cinco años. Todos estos números podrían verse afectados por la opinión de Morey.
Cabe destacar que Hong Kong es escenario desde hace cuatro meses de protestas diarias que han repercutido en violentos enfrentamientos entre policías y radicales, en medio de actos generalizados de vandalismo.