Sinner posa con su nuevo título.
AFP
Levanta las brazos y gira sobre sí mismo mientras luces de distintos colores cubren su cuerpo. Su rostro exhibe una tímida felicidad. Jannik Sinner llegó como invitado a disputar el Next Gen ATP Finals y finalmente se quedó con el título. En el duelo decisivo, destrozó a Alex de Miñaur (18°) con parciales de 4-2, 4-1 y 4-2. Con 18 años, es el más joven en ganar el torneo y no pocos lo consideran "el futuro del tenis".
Sinner es de las montañas de Tirol del Sur, donde sus padres tenían un restaurant. En la zona, muy cercana a Austria, el esquí es uno de los deportes favoritos de la población. "Fui campeón italiano en mi grupo de edad en 2008, en slalom. Más adelante, en 2012, acabé segundo", comentó el protagonista de esta historia.
Novak Djokovic, actual número dos del mundo, también practicó esquí cuando era niño y asegura que eso lo convirtió en un mejor tenista. "Son deportes muy diferentes, pero el equilibrio es muy importante, tanto en uno como en el otro. Puedo llegar a entender por qué Novak dijo que el haber esquiado le ayudó para jugar a tenis", expresó Sinner.
El joven italiano siempre jugó tenis, al menos una o dos veces a la semana, pero todo cambió cuando a los 13 años conoció a Ricardo Piatti. El reputado entrenador ha trabajado, entre otros, con Djokovic, Ivan Ljubicic y Milos Raonic. Su ojo clínico vio mucho talento en Sinner.
"Solo para decirte el tipo de jugador que es. En 2005, en Nueva York, estuve con Djokovic, que ganó el US Open después de seis años. Así que le digo a Jannik: 'si quieres llegar a ese nivel, si eres lo suficientemente fuerte mentalmente durante los próximos siete años, puedes jugar tus posibilidades'. Él no cede un punto", apuntó Piatti.
Este 2019, el nacido en San Candido ha explotado con el fulgor de una supernova. Inició siendo 549 del mundo y ahora es 95°. Es, además, uno de los once jugadores de la historia que ha ganado al menos dos torneos Challenger antes de los 18 años. Se impuso en Bergamo y Lexington. También llegó a semis del ATP de Amberes, siendo derrotado por Stan Wawrika. Su ascenso no tiene límites y tendrá que aprender a lidiar con la presión. Pese a ello, trata de mantener la magia de la infancia.
"Todavía me permiten esquiar, pero sí es cierto que con mucho cuidado. En Navidad siempre esquío, pero voy despacio, aunque mis amigos siempre me instan a que vaya más rápido. Ahora la idea es mudarme a Montecarlo, un lugar hermoso donde te levantas cada mañana y puedes ver las montañas, para mí eso es el paraíso", expresó al Daily Mail.
