Era la "final anticipada" y no defraudó. Brasil y Francia jugaron un partidazo por las semis del Mundial Sub 17. La canarinha, que juega el torneo en casa, parecía que se quedaba en el camino, pero con fútbol y orgullo logró dar vuelta el encuentro. Lo ganó 3-2 y se instaló en la final.
Los galos no demoraron en mostrar por qué son uno de los mejores de la competencia. Tras un exquisito pase en cortada de Adil Aouchiche, Arnaud Muinga abrió la cuenta a los 8'. Solo seis minutos después cayó el segundo. Nathanael Mbuku se coló por la izquierda y la puso junto al palo.
Brasil temía lo peor y el pesimismo invitaba a pensar que otra vez se quedarían sin un título que no ganan desde 2003. Pero Jorge Kaio metió la cabeza en área chica y puso a su elenco en partido a los 62'.
De la angustia se pasó al fervor en las gradas. El local machacaba y logró empujar a los europeos hasta el borde de su área. De tanto ir, encontró lo que buscaba. Gabriel Verón aprovechó un rebote del meta Zinga y puso la igualdad en los 77'.
Ya cuando el encuentro se iba, Lazaro coronó la remontada. Encaró por la izquierda, enganchó hacia el centro y remató. Pudo haber hecho algo más Zinga.
En la final, Brasil, verdugo de Chile en octavos, se enfrentará a México. Los aztecas se midieron en la ronda de cuatro mejores con Holanda, un duelo de dos que clasificaron como mejores terceros en sus grupos.
Youri Reeger desvió con lo justo un centro desde la izquierda y los tupilanes lo pasaban a ganar en los 74', pero Efráin Álvarez ejecutó con maestría un tiro libre a los 79' y hubo que definir desde los doce pasos.
En la tanda, el arquero Eduardo García fue figura al tapar tres remates. Los norteamericanos quieren el tercer título de la historia y amargarle la fiesta a Brasil. El domingo se define la historia.
