Irresponsabilidad, desatino y poca conexión de la realidad. Esos fueron algunos de los términos que más se repitieron ayer en la sede de la ANFP una vez concluido el Consejo de Presidentes que dictaminó el retorno del fútbol chileno.
En una marátonica jornada en Quilín y contra lo que inicialmente se pensaba, se determinó volver a programar la fecha de la Primera División y la Primera B.
Una decisión que se tomó tras una reunión muy tensa, marcada por álgidos exabruptos, duros emplazamientos y hasta amenazas de suspender la sesión.
Contra todo pronóstico
El ambiente previo al cónclave en la casa del balompié nacional era de mucha calma. Casi se daba por hecho el cierre anticipado de la actividad, teniendo en cuenta lo sucedido el viernes en La Florida en el duelo entre La Calera e Iquique. La convocatoria se había catalogado como "informativa".
Pero los minutos pasaban. Después ya eran horas y todo parecía indicar que el panorama había tomado un curso completamente distinto a lo que se olfateaba en la antesala.
34votos hubo para que no retornara la competencia, pero por estatutos no se impuso esta moción
Dentro, entre cuatro paredes, los clubes todavía no podían llegar a un acuerdo. La propuesta de crear una Superliga, presentada por el presidente de la ANFP, Sebastián Moreno, definitivamente encrispó los ánimos.
Según lo averiguado por Emol, inmediatamente después de ese hecho la tensión se apropió de la sala. Muchos directivos recriminaron en duros términos a Moreno calificando su idea como "absurda" y ardió Troya. Convulsión total que incluso llevó a pensar la suspensión de la sesión.
"No va a haber nunca un presidente que pueda manejar el nivel de tensión que se vivió ahí dentro", señala un timonel que estuvo presente en ese momento.
Juan Tagle, de Universidad Católica, abogó por esto último y el clima era un verdadero caos. Finalmente, las revoluciones fueron bajando y se pasó a al proceso de elecciones para definir qué hacer con el futuro del fútbol.
La impotente mayoría
34 votos iban por el fin anticipado del campeonato, 13 por el retorno y una abstención. Por un tema de estatutos, la amplia mayoría no pudo imponerse por falta de quórum (eran necesarios 38 sufragios) y así se dictaminó el regreso de la actividad.
No podían creerlo los dirigentes. La presión subió, pero ya había poco que hacer. La decisión estaba tomada y así uno a uno de los actores se fueron retirando de la sede.
Caras largas eran las que más se veían. "Es una pésima idea, no estamos conectados con la situación del país", señaló el presidente de Valdivia, Jorge Salazar.
"Es una irresponsabilidad. Nosotros como club no queríamos jugar. De hecho la misma ANFP en su directorio también tenía dudas, pero no se obtuvo el quórum necesario", sentenciaba Aníbal Mosa de Colo Colo, club que votó por dar por culminado el torneo, al igual que la U.
Las únicas sonrisas fueron las de los directivos que dieron el sí: Juan Tagle se retiró sin hacer declaraciones, pero con un semblante que denotaba satisfacción.
Miguel Nasur, de Santiago Morning, también destilaba pura felicidad. "Que vuelva el fútbol es un aporte", señaló.
Así se dio una de las jornadas más intensas que se han vivido últimamente en Quilín. Un día en el que los clubes fracturaron de raíz la imagen de unión que hace algunas semanas habían dado en conjunto con el Sifup. La incertidumbre es hoy el equipo que está ganando y por goleada en el fútbol chileno...