Un verdadero escándalo se vivió en la NBA. Específicamente en el partido entre Houston Rockets y San Antonio Spurs, que se definió en el doble tiempo reglamentario.
La polémica tiene a James Harden como el gran protagonista de la jornada. Y no precisamente por los 50 puntos que anotó en menos de una hora, sino que por la notable clavada que no fue convalidada por uno de los árbitros.
Se jugaba el último cuarto del encuentro cuando ocurrió la acción. En un ataque de San Antonio, el escolta cortó un pase e inició la embestida al aro rival sin oposición alguna.
Con total tranquilidad, Harden hizo una excelente clavada que terminó con el balón dando una vuelta por la red y saliendo por arriba. Todo normal hasta que uno de los árbitros comunicó que no había anotación.
Harden y el entrenador de los Rockets pidieron la revisión de la jugada. Sin embargo, el árbitro no quiso saber nada. Esa determinación sacó del partido al equipo de Houston.
"James Harden hizo un mate y la pelota desapareció para nosotros y entonces salió de la canasta. Cuando esto pasa, es una canasta de interferencia", fue la explicación de los árbitros.
A la larga cayeron por 135-133, en doble prórroga, pero tras la derrota hablaron fuerte y avisaron que pedirán que se repite el desenlace o bien se les otorgue la victoria.