Muy mal hizo ver el Manchester City al Arsenal. El equipo de Pep Guardiola goleó 3-0 como visitante mostrando un muy buen juego y anulando por completo a sus rivales.
Precisamente uno de los jugadores de los "Gunners" que no pudieron hacer nada en la cancha fue
Mesut Özil. El volante alemán fue un verdadero "fantasma".
El pobre nivel del germano llevó a que su entrenador, Fredrik Ljungberg, lo reemplazara a los 59 minutos, en una decisión que provocó la furia de su dirigido.
Al dejar la cancha, el ex Real Madrid reaccionó muy molesto, se sacó los guantes y los pateó con fuerza reflejando toda su rabia por la determinación de su DT.Es más, al momento de llegar a la banca, el jugador ni siquiera respondió al saludo de Ljungberg y pasó directo al asiento.
El alemán ha tenido una temporada muy pobre y este domingo no fue la excepción. Incluso, cuando dejó la cancha se fue abucheado, más aún luego de su rabieta.