Nuevamente el racismo ensucia el fútbol. En esta oportunidad el afectado fue el jugador del Chelsea, Antonio Rudiger, en el partido entre su equipo y el Tottenham por la Premier League.
El defensor nacionalizado alemán y oriundo de Sierra Leona fue objeto de cánticos racistas en varias ocasiones por parte de la afición rival.
Si bien por altoparlantes se advirtió en tres ocasiones a los seguidores para que pararan, no hubo reacción positiva y el encuentro se siguió jugando, pese a que la UEFA ordena su suspensión en este tipo de casos.
Todo comenzó a la hora de juego cuando el coreano Son Heung-Min lanzó, desde el suelo, una patada a Rudiger y se fue expulsado. A partir de ese momento, el zaguero tuvo que escuchar cánticos racistas y gritos de "mono" cada vez que tocaba la pelota o intervenía en alguna acción.
Tras el compromiso, José Mourinho, DT del Tottenham, se mostró muy afectado. "Es algo que me pone triste. Odio el racismo en la sociedad y lo odio en el fútbol. Estoy decepcionado porque estas cosas siguen pasando", sostuvo el portugués.
El Tottenham también sacó un comunicado asegurando que buscará a los responsables, mientras que el jugador afectado reaccionó en las redes sociales. Allí se descargó.
"Es realmente triste volver a ver racismo en un partido de fútbol, pero creo que es muy importante hablar de ello en público. No quiero culpar al Tottenham, ya que sé que solo un par de idiotas fueron los delincuentes", escribió en su cuenta de Twitter.
"Realmente espero que los delincuentes sean encontrados y castigados pronto... Debe haber testigos en el estadio que vieron y escucharon el incidente. Es una pena que el racismo todavía exista en 2019. ¿Cuándo se detendrá esta tontería?", cerró.
