Se había dicho desde un comienzo. Los festejos había que tratar de evitarlos después de cada gol o, en lo posible, realizar algún tipo de acto sin contacto para evitar posibles contagios de coronavirus.
Así es como varios futbolistas han ideado ingeniosas acciones desde el regreso del fútbol alemán. Eso sí, algunos igualmente han optado por los abrazos. Y uno de los más festejos polémicos se vivió este fin de semana.
Ocurrió en la Segunda división del balompié germano. El delantero Dimitrij Nazarov se saltó toda recomendación y no precisamente con sus compañeros. Tras anotar, se fundió en un fuerte abrazo con un integrante del staff del equipo que estaba en la banca.
Según los medios de su país, el hombre en cuestión fue Thomas Romeyke, directivo del club Erzgebirge Aue. Las imágenes de la celebración del artillero nacido en Kazajistán levantaron de inmediato polémica.
Pero su decisión de saltar toda norma tenía un trasfondo increíble. Al menos así lo contó el propio delantero.
Cuando su equipo se trasladaba a la ciudad para jugar contra el Nüremberg, un día antes del encuentro, hubo un hecho que pudo cambiar la vida de todos los que viajaban en el bus. Y Romeyke era el conductor.
El hombre que recibió el fuerte abrazo del goleador manejaba el vehículo que fue impactado por los restos de un automóvil que se había estrellado en la ruta y gracias a una maniobra extrema evitó un accidente de proporciones.
"Él salvó nuestras vidas, tan simple como eso", dijo Nazarov a la televisión de su país.. "Si no hubiera reaccionado tan rápido como lo hizo, quién sabe qué hubiera pasado", agregó.
Sobre una posible sanción por su festejo, el atacante fue claro: "Espero que la federación haga vista gorda. Sé que nada de esto está permitido, pero espero que muestren algo de humanidad. Él (el conductor del bus) salvó nuestras vidas".
El entrenador, del equipo, Dirk Schuster, contó que cuando iban en la ruta, "de pronto un auto apareció como volando y pasó a un metro del parabrisas''. Producto de ello, el vehículo del club quedó cubierto de vidrios rotos y si bien no hubo lesionados graves, el trayecto debieron terminarlo en distintos autos.
