En medio del campo que tiene en Fresia, Carlos Cruzat hace sombra evocando sus mejores años. Su perro lo mira algo extrañado. Riéndose cuenta que está más panzón y en su típica barba de candado asoman varias canas. Con 51 años, el boxeador que tiene la bandera de Chile tatuada en el pecho quiere volver al ring para un último baile.
"El 2006 fue la última pelea que hice y desde entonces quería hacer una pelea despedida. P
ero se me fue yendo el tiempo. Ahora con el impulso de Mike Tyson y de Julio César Chávez, que son mayores que yo, vi una oportunidad. 'Si ellos van, yo igual voy', dije. La gente me ha motivado bastante, me ha escrito, siento un respaldo súper importante", le comenta a Emol.
Se está entrenando a lo "Rocky" en el sur. Sale a correr para afirmar las piernas, corta leña con un hacha y se llevó dos sacos del gimnasio que tiene en Puerto Varas para afilar las manos. La pandemia le impide dar nombres de rivales y calcula que la velada la podrá hacer entre diciembre y enero. "Espero que me vaya bien. Soy el primer y único campeón mundial que ha tenido Chile, aunque algunos no me lo reconozcan", afirma, refiriéndose al campeonato que obtuvo el año 2000 en Estados Unidos.
El título y el desprecio
Cruzat se define así mismo como un patiperro. Se clasificó a los Juegos Olímpicos de 1988, pero a última hora le cancelaron el viaje a Seúl. Tras esa amargura, viajó a Estados Unidos siendo todavía un adolescente. Vivió en varias ciudades de Norteamérica durante 15 años. También anduvo por Francia una temporada.
Se codeaba con la élite del boxeo. Cuenta que tuvo como promotor al célebre Don King y que se sacó una foto con Mike Tyson cuando el hombre más malo de Brooklyn estaba en su apogeo.
Sin embargo, no le fue nada fácil. Le cancelaron dos peleas por el título mundial y se divorció. El deporte no le daba para sobrevivir, así que también ejercía como guardia. Uno de los artistas para los que trabajó fue Juan Gabriel. Con una ardiente paciencia, esperaba que llegase su gran oportunidad.
Poniéndose a punto (Crédito: El Mercurio).
Y el 2000 por fin le llegó. Tuvo que subir siete kilos para pelear en el peso crucero con el campeón Ira Humm en Tucson, Arizona. Fue un combate áspero, de guapos, pero tras finalizar el décimo round su entrenador le dijo: "Qué lindo sería que el primer campeón chileno de la historia lo consiguiese en Estados Unidos y por nocaut. Ándate encima de él".
Cruzat hizo caso e intensificó el asedio. Conectó dos ganchos al cuerpo, Humm bajó las manos y aprovechó de lanzar un cruzado fulminante que mandó al estadounidense fuera del ring. Nocaut técnico. Se arrodilló y le dio gracias al cielo.
- Siempre se le ha criticado porque su título es de la Asociación Internacional de Boxeo, organización que no está entre las cuatro grandes. ¿Qué piensa de esos comentarios?
"No me siento reconocido, cuestionado sí. Hay grandes campeones en mi asociación. Óscar de La Hoya, Evander Holyfield, Arturo Gatti. Monstruos del boxeo. Creo que eso me perjudicó mucha la parte de auspicios. Ahora se dan cuenta que es un título importante y que lo gané en Estados Unidos ante un norteamericano. En las otras asociaciones, como el Consejo Mundial o la AMB, estuve entre los diez mejores del mundo por muchos años. También pude pelear títulos ahí, aunque no se concretó por los manejos. Eso significa que fui un boxeador de primer nivel".
La televisión, candidaturas a alcalde y un particular robo
Sin mucho apoyo, perdió la motivación y tuvo que dejar el título vacante en 2005. Al año siguiente hizo su último combate en Alemania y perdió por decisión unánime.
Bailando (Crédito: El Mercurio).
Si bien mantuvo el vínculo con el deporte, realizando charlas y preparando por un tiempo a su sobrino Luis, esa ha sido solo una de sus vidas luego de colgar los guantes. Estuvo en un programa de baile de TVN, se "agarró" a combos con el "Che" Copete en el desaparecido Jappening con Ja y actuó en la película "Uppercut". Se postuló, además, en dos ocasiones para ser alcalde. En Cerro Navia y Quinta Normal, aunque no ganó.
"Me decepcionó la política. Agradezco a Dios no haber salido. Está muy contaminada, son puros negocios. Yo tenía una visión totalmente opuesta, de ayudar a la gente y cumplir los compromisos. Pero siempre hay gente que está viendo cómo obtener dinero. Quizá no salí porque no tenía experiencia y porque me desmotivaba en las campañas por lo que uno iba viendo", expresa.
-Poco después de su candidatura se supo que le robaron sus cinturones. ¿Pudo recuperarlos?
"Me los robaron cuando fui a un programa de televisión y me abrieron el auto. Pasó un mes y yo ya los daba por perdido. Justo para navidad, me llegó una llamada anónima y los tipos los habían dejado en el canasto de basura de una parroquia que está frente a la Estación Central. El cura lo abrió y no sabía lo que era. Abrió el bolso y encontró una nota que decía: 'Feliz navidad, campeón. Te noqueó el campeón de las paletas. ¡Jo jo jo!'. Se hacían llamar paleteros porque abrían las puertas. Yo estaba feliz. Me imagino que alguna que otra foto se sacaron para el recuerdo, pero por lo menos tuvieron la voluntad de devolverlos".
En estos días, Cruzat ha vuelto a mirar videos viejos y su foto con Mike Tyson. El chileno venía de ganar un combate por K.O. y se encontró en un cóctel al polémico púgil, luciendo un elegante esmoquin y una sonrisa amplia. "Es súper buena onda, me cayó bien", apunta. Se repite a sí mismo que si "Iron Mike" pudo, él también podrá. Espera esta vez tener el reconocimiento que cree merecer.
