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Michael Jordan cree que será "imparable"... La emotiva historia del n°1 del draft de la NBA y sus explosivas jugadas

Anthony Edwards jugará en los Timberwolves.

20 de Noviembre de 2020 | 19:01 | Redactado por Felipe Santibáñez, Emol
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Su día de gloria. Anthony Edwards fue el número 1 en el último draft de la NBA y jugará en Minnesota. El escolta proveniente de Georgia es un portento físico capaz de machacar el aro, pero también un tirador a sangre fría desde la línea de tres.

Hoy tiene lo que muchos anhelan, pero no lo que él quería. Desde niño su deporte fue el fútbol americano. Esa es su verdadera pasión.


"Amo el baloncesto, sí, es lo que hago, pero si me drafteara la NFL lo dejaría ahora mismo. Allí puedes hacer cualquier cosa en el campo. Puedes clavar la pelota. Puedes bailar. Puedes hacer todo tipo de cosas irrespetuosas. En la NBA no, porque te multarán. Realmente no estoy muy pendiente del baloncesto. Me encanta y está en mi corazón, pero el fútbol es el deporte en el que empecé y nunca me voy a olvidar", comentó.

Sin embargo, el basquet le dio la posibilidad de surgir y fue su sustento en los peores días. El día del draft habían dos retratos junto a él en un sillón. Uno era de su madre y el otro de su abuela. Ellas lo criaron, de su padre solo obtuvo el apodo que lo sigue hasta la actualidad: "Ant-Man" (hombre hormiga).


Creció con sus hermanos jugando en el patio trasero de su abuela. En 2015 quedó destrozado. Su madre Yvette y su abuela Shirley, con una diferencia de ocho meses, fallecieron de cáncer.

Anthony no encontraba palabras ni ganas para hacer nada. Pero sus hermanos lo convencieron de que siguiera jugando. Tenía talento, le decían. Les hizo caso y empezó a usar la camiseta número 5 en honor a su madre y a su abuela. Ambas murieron el quinto día del mes.

"Perder a mi madre fue muy duro. Y mi abuela era nuestra columna vertebral. Hacía todo por nosotros. Pagaba nuestras facturas cuando no teníamos dinero y me dijo que siempre sonriera, pasara lo que pasara", dijo el deportista.

Brilló en el instituto y los mejores programas del país tocaron a su puerta para llevárselo a la NCAA. Pero él escogió quedarse en casa e ir a la Universidad de Georgia.

En un entrenamiento previo al draft, llegó Michael Jordan a verlo. Le dejó un consejo. "Siento que fue lo mejor que me pude decir. Me dijo: 'Eres más fuerte que yo, más atlético, más grande. Usa más tu trasero, crea más espacios y serás imparable'", relató Edwards.

Con los Bulldogs, a causa de la pandemia, solo pudo jugar 32 partidos. Promedió 19.1 puntos, 5.2 rebotes y 2.8 asistencias. Números excelentes para un jugador al que todavía le queda mejorar la defensa. Él lo sabe. Enfoca toda su energía en eso, con una sonrisa en el rostro, como le decía su abuela Shirley.

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