Murió una de las leyendas más grandes del fútbol. Diego Armando Maradona falleció este miércoles a causa de un paro cardiorrespitarorio.
¿Cómo fueron sus últimos días? La salud del "10" era frágil. En sus últimas apariciones públicas se le veía con muchos problemas para hablar y para caminar. A fines de octubre y principios de noviembre la preocupación fue máxima. Lo tuvieron que operar por un coágulo en el cerebro.
Maradona, como tantas otras veces en su vida, pudo superar un episodio difícil. Lo dieron de alta en la Clínica Olivos y le dieron un tratamiento intensivo para estabilizar su estado anímico y físico. La recuperación debía ser a largo plazo.
De acuerdo a lo que informa el diario Clarín, el "Pelusa" pasaba en su casa de Tigre acompañado por una enfermera las 24 horas del día. También veía a un kinesiólogo que lo ayudaba a mejorar la motricidad.
Estaba rodeado por su círculo íntimo. Lo visitaban constantemente sus hijas Dalma y Giannina. Habría logrado dejar de consumir alcohol.
Sin embargo, Maradona estaba triste. "Nada lo motivaba", le comentaron al citado medio de comunicación.
Sus propios médicos recomendaron que paulatinamente recuperase su trabajo como entrenador en Gimnasia y Esgrima. "Quizá pueda ir a algún partido del equipo o al entrenamiento una vez por semana, cuando hacen fútbol", decían.
Pero parte de su familia no veía con buenos ojos esa idea y pensaban en un viaje a Cuba para seguir allá con la recuperación. Las hijas de Maradona eran las más importantes a la hora de definir cada paso. En sus últimas horas al "Barrilete Cósmico" se le veía muy mal, "muy ansioso".
