La cabeza de Jorge Masvidal se remece como si le hubiesen golpeado con un mazo de cemento y cae fulminado en el octágono. Kamaru Usman se lanza sobre él y descarga una ráfaga de puñetazos. No es necesario. El estruendo en Jacksonville es potente. El nigeriano retiene su cinturón de peso welter en la UFC.
No es una victoria más. Le permite a Usman entrar en la historia de las artes marciales mixtas. Nadie le ha podido ganar y alcanzó 14 victorias seguidas, récord en esta disciplina. Superó la racha invicta de 13-0 que tuvo Khabib.
"Creo que la gente no entiende que, si él continúa como va, se convertirá también en uno de los mejores de la historia. A Usman no se le ve gritando como un lunático ni queriendo llamar la atención. Él solo trabaja y entrena en silencio", comentó el empresario Dana White.
El peleador carga con una dura historia de vida. Nació en Auchi, Nigeria, y a los ocho años llegó a Estados Unidos con toda su familia.
Su padre, un ex soldado, trabajaba como farmacéutico. Pero en 2010 la policía irrumpió en su casa y lo detuvo por fraude. Fue condenado a 15 años de prisión.
Un mes antes de que comenzara el juicio de su padre, Kamaru Usman ganó el campeonato de lucha de la División II de la NCAA para la Universidad de Nebraska. Siempre fue visitarlo a la presión. En uno de esos primeros encuentros le contó que quería dedicarse a los combates.
"Él vino a mí y me dijo que quería ser luchador. Tenía un video de entrenamiento en su teléfono y me lo mostró a través del cristal. Le dije que no era lo que quería para él, pero le di mi bendición", comentó Mohammed.
Kamaru Usman se convirtió en un fenómeno dentro de la prisión. Todos lo conocieron a través a su padre y siguieron su carrera desde los inicios. Uno de los internos aseguró les "dio algo que esperar" y que acortó sus tiempos tras las rejas.
El luchador solo hizo pública la historia de su padre en 2019. Asegura que Mohammed es una "fuente de inspiración diaria" por atreverse a ir a otro país y darle una mejor vida a su familia.
"Hubo momentos en que lloré por ciertas cosas. Pero por extraño que sea, durante toda mi vida he podido no depender de mi padre. Por supuesto que sí, pero no lo necesitaba. Nunca fue uno de esos niños: ‘Mi padre no me ama porque no vino a mi lucha’. Sabía quién era mi padre y que me amaba", expresó.
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