El pasado sábado, el Manchester City de Josep Guardiola sufrió un duro golpe. Perdió la final de la Champions League ante el Chelsea por 1-0 y todo fue desazón tras el pitazo final.
Sin embargo, hubo un gesto de Guardiola que sorprendió y dio la vuelta al mundo.
En la ceremonia de premiación a los subcampeones, apenas le dieron su medalla, él la besó.
Llamó la atención lo realizado por el ex DT del Barcelona. Sumó críticas, pero también adeptos. Incluso desde el Vaticano, el Papa Francisco opinó.
"Me han contado estos días sobre uno que quedó segundo, no sé dónde... Había un ganador y uno que ha llegado segundo. Es normal que cuando uno llega segundo, hace pucheros, está triste y no digo llegar a tirar la medalla, pero hay ganas de hacerlo. En cambio, él ha besado la medalla", comenzó diciendo a la Federación Italiana de Básquetball, quienes fueron a visitarlo al Vaticano.
Y agregó: "Esto nos enseña que incluso en la derrota puede haber victoria. Tomar con madurez la derrota, esto te hace crecer. Te hace entender que en la vida no hay solo momentos dulces. Cuando un deportista afronta la derrota con esta dignidad, es un honor".