Walter Montillo se retiró a fines de la pasada temporada en la Universidad de Chile. Fue una decisión muy polémica que lo enfrentó con el técnico Rafael Dudamel y con la dirección deportiva del club.
El enganche tuvo una carrera brillante. Fue campeón en Chile, figura en Brasil, jugó con Lionel Messi en la selección argentina. En su autobiografía "Gracias a la Vida" (Editorial Planeta) repasa de principio a fin su trayectoria.
Sus inicios fueron en San Lorenzo. Allí coincidió con el chileno Manuel Pellegrini. El DT, ganador de un torneo trasandino y de la Copa Mercosur con el "Ciclón", lo iba a hacer debutar como profesional en 2003. El duelo iba a ser con Estudiantes. Montillo se puso nervioso.
"Una de las cosas que más me sorprendió fue la contención de Manuel Pellegrini. Después de la cena pasó por la habitación varias veces para hablarme. Me dijo que estuviera tranquilo, que me iba a poner un ratito en el partido y que lo disfrutara. Nunca había tenido trato con un entrenador de primera división y me llamó la atención su actitud cálida y profesional", comenta.
Sin embargo, ese día San Lorenzo perdió 4-1 y Montillo se quedó en el banco de suplentes. Fue el último partido de Pellegrini, quien se fue a River Plate.
"Ese día había sido el último día de Pellegrini como entrenador , pero aún así cuando terminó me pidió disculpas porque no me había puesto, tal como me había prometido. Me explicó que con ese resultado no me quisieron quemar y que ya me iban a llegar otras oportunidades. Tuvo razón Manuel, alguien de quien aprendí el valor de la palabra y la sinceridad", expresa la "ardilla".
Montillo se fue de San Lorenzo al Morelia de México. De ahí pasó a Chile y de acá partió a Brasil. En el Cruzeiro brilló y lo fichó el Santos de Neymar.
El argentino recuerda las asombrosas jugadas del hoy jugador del PSG, pero también destaca su humildad. Cuenta una anécdota con él.
"Con nosotros tuvo gestos sorprendentes. Recuerdo un domingo que me llamó por teléfono. 'Ven con toda la familia', me dijo. Fuimos con Meli (su esposa), Valentín y Santino (sus hijos) y cuando llegamos estaba Alexandre Pires, el famoso cantautor brasileño, que era su amigo", relata.
"'Cuando terminemos de comer le pido que cante en español', me dijo Neymar como una forma de que nos sintiésemos más a gusto. Como si hubiera sido necesario...Mientras tanto, como si fuera un chico más, se puso a jugar a la pelota con mis hijos, que estaban enloquecidos", agrega.
Montillo dedica gran parte del libro a la historia de Santino, su hijo con síndrome de Down. Narra los duros episodios de salud que sufrió "Santi" y cómo les cambió la vida. En china fue donde peor lo pasaron.
"Pudimos entender en profundidad lo que sucedía cuando supimos que en China, por estar vigente la ley del hijo único y permitido el aborto, prácticamente no había chicos con síndrome de Down", explica.
En China costó mucho encontrar un colegio que recibiera al niño. Cuando por fin lo lograron, al poco tiempo los llamaron a una reunión que sintieron como un juicio. Estaban las autoridades de la institución y apoderados que no estaban contentos con la presencia de "Santi".
"Hablaban lógicamente en chino y si bien no entendíamos nada de lo que decían, podíamos suponerlo. Tuvimos la confirmación gracias a la traducción al inglés que nos fue haciendo un padre, cuya hija tenía una linda relación con Santi. Incluso nos dimos cuenta que se apiadó de nosotros y no nos traducía todo lo que decían. Algunos conceptos eran demasiado fuertes y ofensivos, trato de cuidarnos", dice.
Afortunadamente, la situación se resolvió. En el libro Montillo hace un llamado a tomar conciencia, a la inclusión y habla de la tolerancia y la empatía.