Lo que hizo Giannis Antetokounmpo en el juego seis de las Finales de la NBA será inolvidable. Una actuación histórica. Ante los Suns, acabó con 50 puntos, 14 rebotes y cinco tapas. Impulsado por el poder del interno griego, Milwaukee rompió la racha de 50 años sin títulos.
"Anteto" tiene solo 26 años. Ya había ganado dos veces el premio al jugador más valioso de la temporada, había sido el mejor defensa del año y también lo galardonaron como el basquetbolista con más progreso de una campaña a otra. Pero le faltaba el anillo de campeón. Ya es excepcional, pero ¿qué tan bueno puede llegar a ser?
"Puede llegar a ser uno de los jugadores más dominantes de la historia. Así de simple. A los 26 años ya tiene un palmarés sensacional que se corona con un anillo que incluso puede quitarle presión. A ello se suma un físico jamás visto, con condiciones atléticas superiores y una destreza para esas cualidades que lo potencia. Además, su ética de trabajo y deseo de superación lo elevan aún más. Para mejorar, lógicamente se tiene que enfocar en seguir ampliando su rango de tiro. Si logra un triple consistente, la liga debería temer aún más", le dice a Emol el editor del sitio oficial de la NBA en español, Leandro Fernández.
Cuesta clasificarlo. El heleno mide 2,11 metros. Le acomoda jugar de espaldas al aro, pero también sabe manejar la pelota y correr la cancha con su zancada olímpica.
Su rendimiento en el duelo decisivo contra Phoenix no pasó desapercibido para otras estrellas de la liga. Entre varios elogios, destacó el de CJ McCollum. El de Portland dijo que no verá nunca más en su vida a alguien como Antetokounmpo y lo definió como "monstruo".
"Todos creemos que no ha llegado a su techo. Con 26 años quién puede saber hasta dónde llegará si sigue sano. No me resulta parecido a ninguno que haya visto en los últimos 45 años", expresa el comentarista de ESPN Marcelo Noriega.
Antetokounmpo desembarcó el 2013 en la NBA. Era el sueño que tenía desde que trabajaba en las calles de Grecia como vendedor ambulante para sobrevivir. Con sus hermanos se turnaban las zapatillas para poder jugar.
Poco a poco fue creciendo en Estados Unidos. Pero no le fue fácil ganarse el estatus, aún teniendo premios al más valioso de la competencia.
James Harden, estrella de los Nets, le dedicó un irónico comentario: "Ojalá pudiera medir 7 pies, correr y simplemente hacer un mate. Eso no requiere ninguna habilidad". Kevin Durant, en tanto, se enojó muchísimo cuando lo compararon con él.
"Hasta estas Finales, e incluso durante ellas, fue fuertemente criticado por no poder ganar. Este título le dará otro estatus a alguien que en las Finales se mostró súper humano, carismático, genuino y especial. Le costó muchísimo. Pero los elogios que recibe son la prueba clara de que ya se ganó el respeto absoluto, por su camino y por la forma en que llega a la cima", afirma Leandro Fernández.
Con Michael Jordan como ejemplo
En una época en la que predominan los súper equipos o los llamados "Big Three", Antetokounmpo ha estado siempre con Milwaukee.
No le han faltado ofertas, pero quería ganar de forma especial, siguiendo el camino de Michael Jordan.
"Uno de los mejores jugadores, Michael Jordan, y su equipo, llegó a los playoffs y se lesionó. Fue eliminado, estaba decepcionado. Pasó por las luchas. Va a llevar tiempo", afirmó antes de ganar el título con los Bucks.
Al igual que Jordan en 1997, el griego habría jugado enfermo el sexto juego contra Phoenix, deshidratado por problemas estomacales.
Nunca en la historia moderna alguien había hecho 50 puntos en un duelo definitorio por el campeonato. El último fue Bob Petit, en 1958.
Los promedios de Antetokounmpo en la final fueron de 35.2 puntos, 13.2 rebotes y 5 asistencias. Ni Michael Jordan ni LeBron James han logrado esos números.
Antetokounmpom además, se sumó a un exclusivo club. Junto a Michael Jordan y Hakeem Olajuwon son los únicos que han conseguido ser el mejor jugador de la liga, el jugador defensivo del año y el jugador más valioso en una final.
"Lo hecho en la final lo pone en un peldaño mayor entre los que valoran más las estadísticas o los datos que el juego en si mismo. Pero podría haber sumado 48 o 53 y daba igual, nada hubiera cambiado en la consideración relacionada a su talento, jerarquía y liderazgo", declara Marcelo Nogueira.
Luego de ser campeón, "Anteto" aseguró que "estaba bien" si no volvía a ganar. Pero sabe que se le mirará con otros ojos y eso implica nuevas presiones.