El británico se mostró muy ofuscado.
EFE
Bochorno en la Fórmula 1. La lluvia en el GP de Bélgica retrasó la prueba por más de tres horas. Finalmente, se obligó a los pilotos a realizar tres vueltas detrás del Safety Car para validar el reparto de puntos.
Se proclamó a Max Verstappen, ganador de la pole, como el vencedor de la carrera y se garantizó el reparto de la mitad de los puntos para los 10 primeros del campeonato. Incluso hubo una ceremonia de premiación que provocó abucheos. La Federación Internacional de Automovilismo recibió muchas críticas en redes sociales y se le acusó de faltarle el respeto a los aficionados. El multicampeón Lewis Hamilton también lanzó sus dardos.
"Bueno, el dinero manda. Dimos dos vueltas para completar la carrera, todo pensando en el dinero, de esta forma todos reciben su dinero", dijo en Sky Sports.
"Creo que los aficionados deberían recuperar el suyo también, porque desafortunadamente no pudieron ver la carrera que vinieron a ver y por la que pagaron. Hay un mínimo de dos vueltas que debes completar para que una carrera sea considerada como válida, así que solo hay una razón por la que nos enviaron a pista después del largo parón, por eso me siento mal por los aficionados", agregó.
El piloto de Mercedes propuso que la competencia se aplazara hasta el lunes porque no se veía nada. En redes sociales continuó con sus descargos.
"Hoy fue una farsa y la única gente que perdió fueron los fans que pagaron un buen dinero para vernos correr. Claro que no puedes hacer nada con el clima, pero tenemos equipos muy sofisticados para decirnos qué pasará y era claro que el clima no iba a mejorar", declaró en Instagram.
El británico insistió con que los fanáticos deben recuperar su dinero: "Sólo deberíamos haber decretado la cancelación (sin las vueltas con safety car), no arriesgar a los pilotos, y los más importante, reembolsar a nuestros fans que son el corazón de nuestro deporte".