Santiago Wanderers finalmente descendió. Este martes perdió con Curicó y la próxima temporada jugará en la Primera B. Fue una temporada horrible. Pasaron trés técnicos por el club y el equipo apenas suma 19 puntos.
Cuando Wanderers ya estaba encaminado al descenso, apareció un viejo conocido: Reinaldo Sánchez. En agosto pasado se convirtió en el máximo controlador del club luego de comprarle las acciones a Rafael González.
El empresario microbusero estuvo al mando de Wanderers en el histórico título de 2001 y de ahí saltó a la ANFP.
Una de sus primeras medidas fue nombrar como director deportivo a su nieto, Matías Sánchez. El abogado de 25 años hizo una feroz crítica cuando recién había asumido el cargo.
"Los veedores yo no sé qué veían. Los cuatro refuerzos que trajeron yo no sé cuál es más malo que el otro. Diego Vallejos no corre, no engancha, no mete, es un jugador malísimo. Para Maicol Cabrera no tengo palabras para describir la falta de finiquito y talento que tiene para aguantar una pelota. Y José Aja, yo no sé si vieron las lesiones con las que venía, pero no da el ancho", expresó.
El club pidió disculpas públicas. Pero Reinaldo Sánchez comenzó a cortas cabezas. Sacó del club a Francisco Alarcón y a Marco Medel. De este último dijo: "No aporta nada al equipo, ha sido pésima su temporada".
Alarcón partió a la Universidad de Concepción. Le respondió a Sánchez.
"El equipo se está reestructurando para el 2022, por eso están sacando jugadores y no me extraña que en una semana más salgan otros. Me parece que en esta segunda rueda van a ver jugadores jóvenes y no me extraña que jueguen futbolistas de 16 o 17 años, porque es lo que quiere el club. No sé si quieren agarrar experiencia para el próximo año, pero el objetivo no es mantener la categoría por todo lo que están haciendo, al menos el mensaje es otro. Nosotros pensamos que iban a traer los tres refuerzos, que iban a meter presión", expresó.
En un momento, Wanderers comenzó a ganar. Salvarse seguía siendo una epopeya, pero al menos había ilusión.
Esa ilusión se evaporó rápidamente. Reinaldo Sánchez apuntó a los árbitros.
"Antes que llegara Javier Castrilli como jefe de los árbitros, una persona me vino a ver a mi casa acá en La Cruz. Me ofreció cosas incorrectas. Yo jamás voy a decir quién es, pero desde ese momento quedé muy pensativo sobre ciertas cosas. Capaz por esa misma razón cambiaron todo. Me cuesta asumir que pasan estas cosas en el fútbol. Lo único que puedo decir es que ofrecieron cosas incorrectas, no quiero meterme en honduras", declaró.
La última polémica llegó un día antes de que Wanderers jugase el partido con Curicó que lo terminó condenando al descenso. Desvinculó a Emiliano Astorga y le dio la dirección técnica a un símbolo porteño, Moisés Villarroel. Sin embargo, Villarroel duró tres horas en el cargo. Querían que no alineara a los jugadores más grandes del plantel en las fechas que restan y se negó. Finalmente, llegó Jorge Garcés. Los jugadores dispararon y aseguraron que se "tiró la micro por el barranco".
Reinaldo Sánchez se mostró muy molesto. En entrevista con En Cancha dijo que el camarín "ha tenido gente que ha sacado entrenadores" y despidió a Villarroel de su trabajo en las inferiores del club. También afirmó que debió cortar antes al arquero Mauricio Viana.
"Creo que debí seguir el consejo de Juvenal Olmos y quedarme en la parcela cuidando a mis nietos", expresó.
En el duelo contra Curicó, la hinchada entonó cantos contra la dirigencia. La "Operación Retorno", como la nombraron en el club, no será cosa sencilla.