Octavos de final de Copa del Rey. Derbi andaluz. Betis de Manuel Pellegrini y Claudio Bravo ante el Sevilla.
La noche parecía ser perfecta en el Estadio Benito Villamarín. Dos equipos que juegan bien y un clásico con un ambiente tremendo.
Pero todo terminó mal.
Cuando iban 1-1 y era un partidazo, todo se suspendió a los 40' por una barra de metal que cayó desde las gradas e impactó directamente en la cabeza de Joan Jordán, volante del Sevilla.
El duelo inmediatamente se detuvo para atender al mediocampista y minutos después los jugadores del Sevilla abandonaron el campo, negándose a jugar en esas condiciones. Se fueron a camarines, distinto a los del Betis que se quedaron en la cancha, incrédulos. Minutos después, fue suspendido oficialmente.
Según dice la prensa española y a falta de ratificación, el compromiso se terminaría de disputar este domingo y a puertas cerradas.
En lo netamente futbolístico, era un duelazo. Sevilla lo comenzó ganando con golazo de Alejandro "Papu" Gómez a los 35', pero Nabil Fekir lo igualó con una verdadera obra de arte.
El francés con un gol olímpico puso el empate a los 39', apenas un minuto antes del incidente que interrumpió el cotejo.