El Gran Maestro Cristóbal Henríquez es el mejor ajedrecista de Chile. Actualmente está en México junto a su pareja y busca arreglárselas para poder financiar su carrera.
Hace poco lanzó su propio bazar electrónico. Ofrece clases online y partidas simultáneas. Necesita dinero para las Olimpiadas de Rusia que se disputarán este año.
Reconoce que no es la situación ideal, pero no tiene otra forma de generar recursos. Comenzó la campaña a través de su twitter y le llegaron un montón de mensajes, incluso uno de la que fue su profesora jefe en enseñanza básica.
"La campaña fue para buscar recursos y así conseguir apoyos para lo que significa el entrenamiento para las Olimpiadas. Yo no solo necesito pagarle a mi actual entrenador (Sandro Mareco), si no que pagar análisis y otras cosas.. Fuera del entrenamiento con Sandro, contratamos a un amigo que nos ayuda a los dos. Con la campaña puedo financiar gran parte de esos gastos, ahora estoy viendo cómo hacer para comprar una computadora súper potente y así entrenar con algo propio", le comenta a Emol.
Le ha ido bien. Conversa con los que lo desafían, tira bromas, hay buen ambiente, aunque algunos se ponen nerviosos al tener al frente a un Gran Maestro de Ajedrez. Es su trabajo, pero no lo siente como tal.
Henríquez se enfrenta al mismo tiempo a muchas personas, no puede concentrarse del todo y comete errores que en una partida normal no haría.
"Para las simultáneas hacemos una reunión en zoom. Me enfrento a un promedio de 20-30 jugadores al mismo tiempo, ellos tienen entre 30 y 40 minutos para pensar en la partida, es un ritmo rápido para ser ajedrez. Yo tengo 40 minutos para enfrentarme a ellos. Perdí el invicto. Me ganó uno y he tenido varios empates. En un par de simultáneas he ganado todas las partidas", declara.
El ajedrecista nacional cuenta con el auspicio de Fundaceck y Fintual, pero no le alcanza.
Desde que decidió dedicarse completamente al ajedrez, ha debido lidiar con la falta de dinero para financiar su carrera. Reconoce que por momentos se ha sentido frustrado y que pensó en dejarlo.
"Yo pasé muchos malos momentos buscando financiamiento para los torneos. No es la primera campaña que hago. Hubo un momento en que me cansé. Fui campeón panamericano, jugué mundiales y eso lo encontraba injusto. Eso desmotivó, era muy desgastante. Cuando fui a jugar el Mundial Sub 18 en Sudáfrica, ingenuamente pensé que lograr resultados en un Mundial me podría traer recursos. Salí tercero del mundo y ni siquiera me devolvieron el pasaje. Ahí uno piensa si vale la pena o no dedicarse, pero al mismo tiempo no me gusta ninguna otra actividad, me gusta mucho el ajedrez", afirma.
La Federación de Ajedrez, dice Henríquez, hace lo que puede. No cuenta con muchos recursos.
"La Federación creo que tiene un sistema bien estructurado. Muchas veces en Chile han aparecido casos de corrupción, pero creo que la Federación en ningún caso va a estar en duda. Me parece que falta gestionar con la empresa privada. Cuando era juvenil participaba en campeonatos panamericanos financiados por la Federación, pero con el paso del tiempo dejé de ser juvenil y ya costaba más. Me ayudaron para la Copa del Mundo del año pasado y creo que algo que podría ser muy bueno es el financiamiento de un entrenador, que corra por parte de ellos. Pero entiendo que no tienen los recursos suficientes. Me ayudan dentro de lo posible", apunta.
La meta del top 100 y el recuerdo de Carlsen
Henríquez está en el puesto 166° de la FIDE y quiere escalar al top 100.
Idealmente, quiere conquistar esa meta en 2022. Las Olimpiadas serán una gran oportunidad para sumar puntos Elo.
"Sé bien mis debilidades ajedrecistas, tienen que ver con la apertura principalmente, es uno de mis mayores defectos. Otras áreas estratégicas las voy puliendo con mi entrenador. Me siento confiado, porque en el último torneo que jugué en Letonia, las partidas fueron buenas y me fue muy bien. Dejé de cometer ciertas imprecisiones que solía hacer en muchas de mis partidas, fue un cambio radical en mi estilo de juego. Lo fundamental es mantener un hábito de estudio constante, dedicarle seis horas diarias al ajedrez. Debo seleccionar bien los campeonatos también", manifiesta.
Al chileno le encantaría enfrentarse a Magnus Carlsen, número uno del mundo, en una partida clásica. En 2016 se enfrentaron en el Mundial de rápidas en Qatar.
Henríquez recuerda que estaba muy nervioso y que le costó calmarse para poder jugar. Poco a poco fue agarrando confianza, pero Carlsen tenía un plan. El chileno falló en un cálculo y su rival no le dio respiro. No hubo ninguna chance para Henríquez.
"Ajedrecísticamente hablando es una diferencia abismal, es demasiado bueno, entiende muy bien el ajedrez, ataca muy bien, defiende muy bien. Tiene un estilo de juego universal, tiene pocas fallas. Creo que es el mejor del mundo en cada aspecto del juego, su falla radica un poco en posiciones críticas de ataque, pero aún así es el mejor en esa área. Es difícil enfrentar a alguien así", analiza.
Para Henríquez, no hay nadie en estos momentos que puede acabar con el reinado del noruego.
"Muchos creen que Alireza Firouzja puede ganarle, tiene 18 años y está dos del mundo, es el más joven en llegar a los 2800 de Elo. Tiene un estilo de juego muy interesante, le gusta el ajedrez dinámico más que a Magnus, tiene muchísima energía, tiene mucha visión. Él va a llegar a ser campeón del mundo, pero a mí parecer cuando Magnus envejezca. Creo que Magnus es otra categoría, por sobre Kasparov o por sobre Fischer o cualquier otro jugador de la historia. Lleva en el primer lugar desde hace diez u once años, es una locura", sentencia.
