Es el nuevo prodigio del ajedrez. Se llama Rameshbabu Praggnanandhaa, tiene solo 16 años y la semana pasada sorprendió a Magnus Carlsen. Derrotó en 39 movidas al número uno del mundo y se convirtió en su verdugo más precoz.
"Pragg" viene de una familia humilde de Padi en la India. Partió en el ajedrez a los cinco años. Sus padres estaban preocupados porque su hermana mayor, Vaishali, pasaba mucho tiempo mirando dibujos animados y decidieron iniciarle en el mundo de las torres, reinas y peones.
"Tuvimos que enseñarle a jugar a Vaishali para limitarle sus hábitos televisivos. Con el tiempo, nuestros dos hijos se hicieron aficionados al juego y decidieron dedicarse al ajedrez", le dijo Rameshbabu, el padre de "Pragg", al diario indio The Bridge.
"Pragg" desde el principio demostró gran habilidad. Absorbía conocimientos como una esponja. Fue campeón mundial sub 8, sub 10 y sub 18 (con catorce años). Se convirtió, además, en el Gran Maestro más joven en la historia de su país y en el quinto del mundo.
Sus padres no podían costear los viajes y estadías para ir a competir al extranjero. Sin embargo, un agente inmobiliario vio su talento y apostó por él.
Todos los días viaja una hora hasta la escuela del Gran Maestro Ramanathan Ramesh. Su mentor contó una anécdota que retrata el carácter del adolescente.
"Muchas veces, durante las clases, les pido a los estudiantes que me digan si vieron diez videos de ajedrez o no. Muchos me dicen que no pudieron llegar a los diez por culpa de la escuela, los estudios, los deberes y otras tareas cotidianas. De todas maneras, una vez me sorprendí con la respuesta de Pragg. Me dijo que había visto de a 30 videos por día. Esa es la dedicación que se necesita para ser un campeón de ajedrez. Me sorprendió su voluntad de aprender, y cómo está dispuesto a sacrificar todo por el ajedrez", expresó.
"Pragg" no tiene redes sociales. El computador y el teléfono los usa para partidas de ajedrez. Juega todos los días tenis de mesa con el hijo de su entrenador y pasa un par de horas nadando. Así descansa la mente. También le gusta mirar algún programa de televisión.
"Las expectativas creadas a su alrededor pueden influir negativamente. Cuando pierde, el resultado a veces lo afecta más de lo que debería. Trabaja en eso, pero apenas tiene 16 años y estoy orgulloso de cómo se ha desenvuelto ante los mejores jugadores del mundo", afirmó su profesor.
Su padre sufre poliomielitis y no lo puede acompañar a todos los torneos. Al ver a su hijo ascender, pide que no lo presionen.
"Es un chico inteligente y su juego, según los expertos, es muy maduro para su edad. Aún es demasiado joven para comprender el valor de sus conquistas; a su edad sólo piensa en jugar, ganar y ver dibujos animados en la televisión como cualquier otro niño", comentó