Pitazo final y la desazón era total. Ya en los minutos previos se notaba la angustia. Arturo Vidal y Gary Medel los más golpeados. Ni siquiera la gran ovación de los hinchas levantaba a los dos emblemas de la "Roja".
El no ir otra vez a un Mundial golpeó fuerte. Demasiado fuerte. El "Pitbull" y el "Rey" derramaron lágrimas. Joaquín Montecinos miraba silente al cielo y Benjamín Kuscevic quieto observaba el césped. No había consuelo.
La amargura reinaba en los jugadores, mientras Martín Lasarte iba uno por uno dando su respaldo. Al mismo tiempo,
Alexis Sánchez dejaba la cancha abatido y en solitario. La amargura y desolación era tremenda.
En tanto, los hinchas seguían vitoreando a los seleccionados y el grito del "Dale Bicampeón" se repetía. Eran momentos muy emotivos.
El camino al túnel era eterno y el camarín un funeral. "Estábamos todos muy golpeados, triste esto nos duele", confesaba Montecinos en las afueras del estadio San Carlos de Apoquindo.
Alexis era el fiel reflejo de la amargura. Salió rápidamente del vestuario y fue uno de los primeros -y únicos- en subir al bus. Se sentó en la primera fila del segundo piso mientras miraba por la ventana a los hinchas que le gritaban.
Isla y Vargas también salieron raudos, aunque no rumbo al bus. Tomaron transportes particulares para dejar el recinto. Incluso, el lateral partió junto a su compañero en el Flamengo, el uruguayo Giorgian de Arrascaeta.
Esa jugada se repitió en su mayoría. Jugadores como Guillermo Maripán, Gabriel Suazo, Víctor Dávila, Gary Medel, Brayan Cortés, Enzo Roco o Kuscevic se fueron por sus propios medios.
Algunos eso sí se dieron el tiempo de compartir con los hinchas. Montecinos fue el más solicitado y entre la tristeza se dio un espacio para las fotos y los autógrafos.
Es que la salida del estadio fue un caos. Entre familiares, amigos e hinchas que lograron entrar a la zona de futbolistas, aquel sector estaba repleto de gente que a la vez lanzaba gritos de apoyo al plantel.
¿Y el bus? Prácticamente sin nadie. Además de Alexis, Ben Brereton, Arturo Vidal y Ronnie Fernández se fueron en el vehículo. No fueron más de cinco jugadores. Los asientos vacíos y el silencio predominaban.
Un final amargo, triste, desolador. A Chile se le fue otro Mundial y la "Generación Dorada" sabe que las vidas ya se le acaban.