Ferrari vive un renacer en la Fórmula 1 tras temporadas difíciles. Disputadas las dos primeras carreras de este 2022, lidera el campeonato de pilotos con Charles Leclerc y también el de constructores con 78 puntos, sacándole una amplia diferencia a Mercedes y Red Bull.
Clave para el éxito de la escudería de Maranello ha sido el ingeniero y diseñador Rory Byrne. El hombre de 78 años tiene prestigio y un pasado glorioso, es una leyenda a la altura de Adrian Newey o Colin Chapman. Volvió en 2020 a Ferrari con el objetivo de preparar el nuevo auto.
"Me gusta ganar, pero no es tan importante como ser competitivo. Ser poco competitivo es algo que simplemente no puedo manejar. Perder una carrera por algunas décimas de segundo no es tan malo; es simplemente que depende de los detalles del día. Llegar segundo, una vuelta abajo, es terrible", afirmó hace años.
Byrne desde niño estuvo vinculado al automovilismo. Soñaba con ser piloto, pero rápidamente notó sus limitaciones. "Puedo hacer una vuelta razonablemente decente, pero no puedo mantener ese ritmo vuelta tras vuelta", dijo hace años.
Pero no se alejó del mundo tuerca. Se graduó de química industrial en la Universidad de Witwatersrand y luego inició un negocio de elementos para coches.
Con 23 años se instaló en el Reino Unido y comenzó a trabajar en la Fórmula 2 europea. Lo contrató el equipo Toleman para que construyese el primer auto de la escudería en 1980. El TG280 con motor Hart y cubiertas Pirelli llevó al título al inglés Brian Henton.
Ese éxito lo llenó de confianza. Él habla de una "falsa sensación de seguridad". Se sentía listo para dar el paso a la F-1.
Byrne desembarcó en el "Gran Circo" con el Toleman TG183. Tenía radiadores en los alerones delanteros y doble alerón trasero. Vanguardista para la época. "Sí, Rory, todo muy lindo, pero, ¿el motor dónde lo ponemos?", le dijo con ironía uno de los técnicos del equipo.
Ese monoplaza fue el que utilizó el mítico Ayrton Senna en su debut en 1984. Al año siguiente, Benetton compró el remanente de Toleman y Byrne comenzó a trabajar con uno de sus grandes socios, Ross Brawn. Iniciaba una esplendorosa etapa para el sudafricano. En todo sentido.
"Fui por primera vez a Phuket (Tailandia) en 1988 con mi amigo Alex Hawkridge, quien había despertado mi interés por el buceo. Nos unimos a un viaje de dos semanas que nos llevó por la costa hasta las Islas Andamán. Disfruté del lugar y de la hospitalidad en Phuket, así que regresé varias veces de vacaciones. Mientras estaba en el Reino Unido en 1996, estaba interesado en aprender tailandés, así que recorrí las universidades de Oxford tratando de encontrar un profesor de ese idioma. Terminé en un restaurante tailandés y una estudiante que trabajaba allí como camarera accedió a enseñarme. Ahora es mi esposa, Pornthip", declaró.
Byrne diseño el B194 y B195. Con esos autos, Michael Schumacher se consagró bicampeón en 1995 y 1996. En ese momento, Byrne pensó en el retiro, quería poner un negocio de buceo.
Pero siguió trabajando. Schumacher lo llamó, tenía una información importante y lo necesitaba. "Diez días después estaba en Maranello trabajando con Ferrari", afirmó.
En 1997 diseñó el primer coche para el "Cavallino rampante", el F310B. Fue competitivo y el "Kaiser" peleó por el título hasta el final. Pero el éxito no fue inmediato. Hubo que tener paciencia para ver los resultados pero valió la pena. Ferrari ganó seis campeonatos de constructores consecutivos y "Schumi" de cinco mundiales al hilo.
El lema de Byrne es "evolución no revolución". No suele ir a las carreras. Está toda la semana en el taller, hasta 14 horas por día.
"Raramente voy a las carreras ya que hay tanto apoyo y trabajo de investigación que hacer aquí, en la fábrica. En estos días, la información se transfiere vía satélite y con las modernas comunicaciones, no es necesario", manifestó.
En 2020 Ferrari lo volvió a contactar y él aceptó. Trabaja de forma remota 100 horas anuales desde Tailandia. Allá tiene una empresa de seguros y también negocios inmobiliarios.
"Después de la tremenda carrera en Ferrari sentí que había logrado mis objetivos. Desde entonces, mis objetivos han cambiado. Se trata mucho más de pasar tiempo con amigos y familiares, tener un estilo de vida saludable. Con el golf, por ejemplo, ya no se trata de ganar sino de disfrutar el juego. Trato de disfrutar la vida", apuntó.