Esta semana se está disputando el ATP 250 de Houston, en el que este martes compiten Cristian Garin (29°) y Alejandro Tabilo (100°) en el cuadro principal.
Eso sí, durante las últimas jornadas, en la qualy, se vivió una situación insólita en el encuentro entre Steven Diez (292°) y Gijs Brouwer (361°), quienes se midieron en la última ronda de las clasificaciones.
¿Qué ocurrió? Diez tenía un match point y, tras el saque de su rival, metió una devolución ganadora y se llevó el partido por 6-4 y 6-4. El árbitro dijo "game, set & match" y el ganador gritó y alzó los brazos de alegría.
Sin embargo, todo cambió en segundos. Brouwer, antes de darle la mano a Diez, apuntó la marca de su último saque, que para él había sido dudosa. A pesar de que el encuentro estaba terminado, el juez de silla se bajó, fue a ver la marca y finalmente rectificó: El saque de Brouwer había sido malo y el partido tenía que seguir.
Diez no lo podía creer. No se pudo reponer y le terminaron dando vuelta el encuentro, perdiéndolo por 4-6, 7-5 y 6-2. Increíble.
A pesar de que después Diez entró como lucky loser al cuadro principal, el tenista dio su testimonio en el sitio Punto de Break: "Cuando veo bajar al juez de la silla no me lo podía creer. Veo que se acerca al cuadro de saque y marca una bola un metro a la derecha de la marca real, el línea le corrige y le dice cuál es la marca verdadera, pero él insiste en que es la otra. Para colmo, luego me dice que mi rival no ha hecho saque-red, sino que saca y luego no sigue la jugada, que va directo a la marca y, por lo tanto, yo no le he pegado ningún passing. Sigo sin entender cómo puede ocurrir esto a estos niveles, en última ronda de fase previa de un ATP 250".
"No es porque haya sido mi partido, pero de verdad te digo que no recuerdo una barbaridad así. Si esto llega a pasar en un Grand Slam o con un jugador equivocado, ya sea un Nadal, Djokovic, Federer o un Kyrgios, te aseguro que sale en todos los telediarios del mundo. Es una auténtica barbaridad que, además, coincide con una bola de partido", añadió.
¿Cómo pudo seguir con el duelo? "Me intenté recomponer de todo lo que había pasado pero no pude, se me hizo muy difícil. Intenté motivarme, incluso el público estuvo increíble conmigo, apoyándome en todo momento, creo que nadie quería que ganase el otro. No recuerdo un partido donde me haya sido tan difícil gestionar esa rabia interna al pensar que el partido lo tendría que haber ganado, nunca había vivido esas emociones dentro de una pista de tenis".
"No dudo que el juez intentó hacer su trabajo lo mejor posible, pero no estuvo al nivel. Todo sucedió en el momento exacto para que ocurriera uno de los mayores robos que yo he visto en la historia de este deporte. Mira que he visto liadas de jueces de silla, pero este hombre cometió ayer varios errores seguidos en un mismo punto. Yo gané el partido, así lo siento realmente, pero hubo dos partidos: el primero lo gané y el segundo lo perdí", agregó Diez.
Por último, comentó que "el supervisor me invitó a ir a su oficina al terminar el partido, pero le dije que no era el momento, estaba tan caliente que igual decía alguna barbaridad de la que pudiera arrepentirme. Me duché, pasaron 45 minutos y entonces fui a su oficina, donde estaba el supervisor, el tour manager y el umpire de fuera de pista, un intermediario entre los dos. Cuando llegué ya habían revisado los vídeos y me dijeron que tenía toda la razón del mundo, que lo único que podía hacer era poner una denuncia interna explicando lo que había pasado, con mi firma y con la del supervisor. Me dieron la razón, pero a mí eso no me da de comer".
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