Este jueves el Barcelona decepcionó de local, cayó por 3-2 ante el Eintracht Frankfurt y quedó eliminado en los cuartos de final de la Europa League.
Pero más allá del nivel de juego del cuadro culé, hubo otro aspecto que impresionó. Si bien el duelo se disputó en el Camp Nou, el Barcelona pareció que jugó como "visitante". Incluso, después del calentamiento, el equipo catalán se retiró bajo pifias.
¿Por qué? Los hinchas visitante tenían solo 5 mil entradas, pero terminaron ingresando cerca de 30 mil fanáticos del cuadro alemán. El ambiente fue impresionante.
"Estoy preocupado porque lo sucedido ha sido una vergüenza que no puede volver a pasar. Tenemos información de lo que ha sucedido, pero necesitamos tiempo para procesar la misma. Vamos a tomar medidas porque es indignante y vergonzoso", señaló Joan Laporta, presidente del Barcelona, pocos minutos después de consumarse la derrota.
"No podemos permitir este tipo de situaciones, tenemos que ser más estrictos. Estamos viendo qué ha sucedido con el departamento de seguridad y ticketing. Son situaciones no deseables. Cuando procesemos toda la información la explicaremos y tomaremos medidas", añadió el dirigente.
Xavi, DT del equipo, también habló: "Es una evidencia que el ambiente no nos ha ayudado. Esto parecía una final, con el campo dividido. El club lo está chequeando. Ha sido un error de cálculo nuestro, está claro".
Tras esta caída, el Diario Marca sostuvo que "la única opción que les queda a los azulgrana ahora es intentar pelear por La Liga o, al menos, conseguir el billete directo para la Champions League. Y, sobre todo, que la noche para la vergüenza vivida este jueves no se vuelva a repetir".
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