Universidad de Chile arrancó 2022 de la mejor forma posible, tras una temporada anterior donde se salvó del descenso en el último minuto ante Unión La Calera, en la fecha final del certamen.
Los azules derrotaron a los caleranos (4-2) y Deportes Antofagasta (2-1) en las dos primeras jornadas del Campeonato Nacional, ilusionando con una historia muy distinta a la de los últimos años con el colombiano Santiago Escobar en la banca.
Pero ese gran comienzo fue una ilusión que duró casi un suspiro. En las siguientes ocho fechas, los laicos solo ganaron cinco puntos de 24 posibles, producto de un triunfo, dos empates y cinco derrotas.
Tras 10 fechas, la U marcha 11° en la tabla con 11 unidades, a solo tres del penúltimo lugar de la tabla, que es el límite de la zona de descenso a la Primera B.
En esa seguidilla, la escuadra universitaria solo pudo vencer a Unión Española (2-0) en Valparaíso; empató con Curicó Unido (1-1) y Palestino (0-0); y cayó ante Ñublense (2-3), O'Higgins (0-1), Colo Colo (1-4), Universidad Católica (1-2) y Coquimbo Unido (0-1).
Un rendimiento muy pobre y refuerzos que no aportan
En general, el juego de los dirigidos por "Sachi" nunca ha convencido, ni siquiera en sus victorias en el actual torneo.
El cuadro no tiene seguridad defensiva, su mediocampo es muy débil y poco claro para jugar, mientras que sus atacantes quedan huérfanos ante el mal rendimiento global.
Un punto clave han sido los refuerzos que llegaron al equipo para este año, visados por el cuestionado gerente deportivo Luis Roggiero. La mayoría de ellos no ha sido aporte, salvo contadas excepciones, y algunos ya ni siquiera son considerados.
Dentro de los rescatables están el portero Hernán Galíndez, el volante Jeisson Vargas y los delanteros Ronnie Fernández y Cristian Palacios, estos últimos son los goleadores de la escuadra de Escobar, siendo los únicos valores que han dado algo de tranquilidad a los hinchas.
Sin embargo, hay otros casos que están muy lejos de ser una solución para un equipo como la U. Los más decepcionantes son el uruguayo Álvaro Brun y el boliviano José María Carrasco, que en los últimos partidos ni siquiera estuvieron en la nómina e incluso, en el caso del zaguero, no fue convocado por el DT colombiano ante Palestino.
Otros como Ignacio Tapia, Luis Felipe Gallegos o Felipe Seymour han alternado buenas y malas, pero su balance está al debe.
La buena noticia, dentro de lo malo, es la aparición de jóvenes como Darío Osorio, Lucas Assadi o Bastián Tapia, que asoman como nombres interesantes de aquí al corto plazo.
La U vive un año muy turbulento, tal como en las recientes temporadas, y el futuro se ve cada vez más oscuro.