Con rotundidad, el griego Stefanos Tsitsipas despertó al español Alejandro Davidovich de su sueño y se apuntó, por segundo año consecutivo, el título del Masters 1000 de Montecarlo tras imponerse en el partido final por 6-3 y 7-6 (3).
La mejor semana en la aún corta trayectoria de Davidovich terminó sin final feliz. Sin el premio deseado. Nunca antes había estado tan cerca el español de un éxito, del primero como profesional. Y menos en un evento de similar rango. Por eso se resistió a pesar del talento y de la identidad de su rival. Un jugador asentado en la élite hace tiempo. Un candidato habitual a los triunfos en los grandes torneos.
El quinto jugador del mundo logró un triunfo que le alivia. Es el primero después de Rafael Nadal en el 2018 en revalidar la corona en el evento monegasco.
"A veces he dudado, pero estoy orgulloso de como me he mantenido en el partido y de hacer todo lo posible para ganar", señaló sobre la pista Tsitsipas en cuanto cerró la victoria, en el desempate del segundo set.
Palabras de elogio y de reconocimiento para el español. "Davidovich es un gran jugador y seguro que obtiene los mismos resultados que aquí en los próximos torneos. Ha batallado todo lo posible. Pero he podido minimizar sus recursos y lograr el triunfo", agregó Tsitsipas.
"Ha jugado mejor que yo. Espero tener pronto posibilidad de venganza y encontrarme con él en otras muchas batallas. He disfrutado mucho estos días y espero volver. Gracias a todos por el apoyo que me han dado. Ha sido un sueño que espero que se repita muchas veces. Estas finales antes las veía por televisión y ahora la he disputado", reconoció Davidovich.
Stefanos Tsitsipas sumó su segundo Masters 1000 en su carrera. El segundo en Montecarlo. El octavo titulo de su carrera. Premio tras arrollar a Alexander Zverev en semifinales y sobrevivir al argentino Diego Schwartzman en cuartos.
Estrena su cosecha en el 2022 donde solo había destacado en Rotterdam, en la final que perdió con Felix Auger-Aliassime.
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