Alberto Abarza es una de las grandes estrellas del deporte chileno. En los pasados Juegos Paralímpicos, el nadador ganó tres medallas, una de oro y dos de plata.
En conversación con Agenda Deportes Emol TV, Abarza recordó su éxito en Tokio y analizó las políticas deportivas en Chile.
"En Chile más que deporte, es lucro. Para ir a una escuela de fútbol hay que pagar. En el Estadio Nacional era el único nadando en nueve pistas. ¿Cuántos colegios te caben ahí con niños vulnerables? Y las estaba ocupando yo solo. No tenemos deportistas niños porque no se dan los espacios. Yo soy un privilegiado, pero un niño de una población no podrá hacerlo. El día que tengamos un golfista de La Pintana vamos a progresar", afirmó.
Para Abarza, es muy difícil ser deportista en Chile: "En el alto rendimiento hay muchas trabas. Yo estaba clasificado a Tokio, iba a pelear medalla y que no haya apoyo me parece grave. Cuando me llega la oferta para competir por Estados Unidos muchos amigos me dicen no lo pienso y me voy. El enemigo no está afuera, está dentro. La organización te hace difícil representar al país", agregó.
Abarza profundizó su análisis. Cree que la ayuda tiene que ser del Estado.
"La ayuda no tiene que ser de los privados. Uno lo agradece, gracias a ellos estoy donde estoy. Pero también digo: esto debe ser labor del Estado. Si voy a representar el país, es gracias a la gente que pagó sus impuestos. Por qué no copiamos los ejemplos de los otros países. Cuba y Venezuela. Ellos estaban bajo nosotros, pero la mayoría de sus deportistas vuelven con medalla. Hay un trabajo que hacer", declaró.
"Debiese ser una política de Estado, no de Gobierno. El Gobierno de turno decide cuánto va a portar al deporte. Tiene que ser de Estado, para que los niños tengan acceso al deporte. No hacer un lucro en el deporte", agregó.
Abarza también habló de su historia. Tiene el síndrome de Charcot-Marie-Tooth. En un momento de su adolescencia, se encerró en su dormitorio. No encontraba motivos para salir de ahí.
"Me arrepiento de haberme encerrado, pero había mucha frustración. Decía para qué voy ir al colegio, para qué voy a salir, qué sacó, si voy a quedar postrado. Soy como Stephen Hawking, pero él es inteligente je. Jugó una labor muy importante mi mamá, mis hermanas, Teleton. No sé qué habría hecho sin Teleton. Empecé a hacer una vida más o menos normal. Mi mamá decía: 'Aunque mueva la lengua tiene que ir a educarse'. Me llevaba ella casi obligado al colegio y después para que fuera profesional. Mi mamá guerreó mucho para demostrarme que podía ser adelante", relató.
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