Ha sido el golpe de las últimas semanas. Boris Becker, leyenda del tenis y ex número 1, fue sentenciado a dos años y medio de cárcel por transferir de manera ilícita grandes sumas de dinero, y además, ocultar activos tras declararse en bancarrota.
Pero, ¿cómo pasó esto? No es algo nuevo para el ganador de tres Wimbledon. Es decir, su historia con la justicia viene de mucho antes.
Para poner en contexto, en 2001 fue acusado por evadir impuestos. Dijo que residía en Mónaco, cuando su domicilio estaba en Munich.
En 2002 lo declararon culpable, pero solo le dieron dos años de libertad condicional y una fianza de medio millón de dólares.
Además, tuvo que restaurar 3,2 millones por impuestos atrasados e intereses.
La historia parece ser cíclica. El viernes pasado, en Londres, Becker fue sentenciado tras falsear su patrimonio en 3 millones de dólares y no pagar deudas tras declararse en bancarrota en 2017.
Además, condenado por no declarar una propiedad en Alemania y de ocultar un préstamo bancario por 871.000 dólares y acciones en una compañía tecnológica.
"Sigue viviendo al mismo nivel que disfrutaba como profesional del tenis en activo cuando los millones fluían. Desde los alquileres caros o las vacaciones en Ibiza, aunque tiene una casa en Mallorca, hasta las comidas caras, los puros, el whisky"
Christian Schommers, coescritor de la biografía
Tenía 24 cargos en su contra. Fue absuelto de 20. En los restantes cuatro fue considerado culpable y por ello fue llevado a la cárcel de Wandsworth, al sur de la capital de Inglaterra.
"Espero que mi padre sea fuerte en estos momentos difíciles. Lo apoyaré y lo visitaré siempre que pueda. Ayudé lo mejor que pude", dijo Anna, su hija, tras conocer el castigo.
Resulta algo complicado entender cómo Becker terminó de esta forma. Christian Schommers, coescritor de la biografía del alemán, explicó la debacle financiera del ex 1 del mundo.
"Sigue viviendo al mismo nivel que disfrutaba como profesional del tenis en activo cuando los millones fluían. Desde los alquileres caros o las vacaciones en Ibiza, aunque tiene una casa en Mallorca, hasta las comidas caras, los puros, el whisky... encima es extremadamente generoso. Nunca he estado en una cena en la que estuvieran presentes varias personas y que él no haya pagado".
Otros escándalos
Becker siempre fue un personaje particular. En 1993 se casó con la modelo Barbara Feltus y su matrimonio fue bastante mediático.
Luego vino el escándalo. En 1999, en una salida a almorzar al reconocido restaurant Nobu, a cuadras del Palacio Buckingham, Becker fue infiel con una camarera rusa. La noticia impactó en los medios de la época.
Poco después se supo que de esa infidelidad nació una hija. Incluso hubo una versión de que todo fue planeado por la Mafia Rusa.
Feltus no aguantó, le solicitó el divorcio y ahí empezó la debacle del alemán, quien tuvo que ceder 15 millones de dólares, propiedades en Miami y la tuición de sus dos hijos.
De ahí en más, se volcó al alcohol y la noche, y la fiesta lo sepultó.