Robert Lewandowski se convirtió en el mejor jugador polaco de la historia. Sus múltiples títulos con el Bayern Munich, el premio The Best de la FIFA y sus más de 500 goles lo avalan. Pero cuando su aventura en el fútbol recién comenzaba, había otro jugador al que en su país le ponían el rótulo de "gran promesa". Era Dawid Janczyk.
"Lewa" y Janczyk era compañeros en el Legia Varsovia. Janczyk tenía más nombre. En el 2004 el Chelsea quiso ficharlo, pero él prefirió quedarse en Polonia. Hay una foto de él con la ropa del cuadro inglés y junto a José Mourinho dando vuelta por redes sociales.
¿Por qué no se quedó con los blues? Él respondió: "Me querían y me habían ofrecido un contrato, pero en Polonia entonces sucedió algo que para nosotros fue una tragedia: murió el Papa Juan Pablo II. Yo tenía 17 años y era muy religioso, me vi muy solo, joven y tenía que volver a casa".
Le fue sacando ventaja a Lewandowsk en la carrera por hacerse un lugar en el primer equipo. "Dawid Janczyk es el mayor talento que hemos tenido en la historia del club", afirmó Lucjan Brychczy, leyenda del Legia Varsovia.
Fue figura en el Mundial Sub 20 de Canadá, en el que Chile remató tercero, y lo compró el CSKA Moscú por cuatro millones de euros. Lewandowski, en cambio, se fue al Znicz Pruskow, un equipo de tercera división en busca de minutos.
Pero en Rusia Janczyk vivió un calvario. Poco a poco se fue estancando. Vivía solo en Moscú y el alcohol fue su refugio. Bebía un barril de alcohol fuerte. Solo. Encerrado en su vivienda.
El CSKA lo mandó a préstamo. Anduvo bien en el Lokeren de Bélgica, metió 14 goles en 31 partidos. Pero su adicción ya causaba estragos. Era normal que se peleara con medio mundo.
El club ruso ya no lo quería. Una noche tuvo un coma etílico. Lo ingresaron de urgencia en el hospital y cuando recobró el conocimiento destrozó la habitación.
Se alejó de las canchas un tiempo. Volvió en 2016. Ya tenía 29 años. El Sandecja Nowy Sac, de la segunda división polaca, le dio una oportunidad. "Por primera vez en siete años estoy sobrio", dijo en su presentación.
Ganó la liga y ascendió, pero jugó poco. Su adicción volvió y se internó. En esa época escribió su autobiografía. En el libro aseguró que le gustaría borrar de su vida la etapa en el CSKA.
"El alcohol destruyó mi vida. Si pudiera cambiar algo sería no ir al CSKA. Yo odiaba beber, pero allí estaba solo, no tenía a nadie, no estaba jugando y no tenía otra cosa que hacer. Había vodka por todos lados. No es que saliera de fiesta y bebiera. Es que compraba alcohol y me iba a mi apartamento a beber en pijama. Quería irme a España, tenía ofertas de Atlético de Madrid, Sevilla y Betis, pero el Legia prefirió venderme al CSKA. Pienso cada día si habiendo ido a España hoy mi vida podría ser diferente. Quizás, en vez de contar en mis memorias como lucho contra el vodka estaría contando qué bonito fue ser campeón en Europa", afirmó.
En 2019 generó mucha preocupación. Lo esperaban para una cena, pero no llegó y dieron aviso a la policía. Lo encontraron borracho, tirado en el suelo cerca de la estación en la que debía tomar el tren.
Dos años después, subió a sus redes sociales un video. Estaba en un auto, alcoholizado y de fondo se escuchaban las voces de unos niños. "Soy un borracho y estoy bien con eso", expresó. Luego borró la publicación.
Este 2022, Lewandowski llegará al Mundial de Qatar como la gran estrella de Polonia. Janczyk pudo ser como él. Pero tiene otro desafío. Superar su adicción.