Los derechos televisivos, gran aporte económico de la FIFA, es un asunto de especial tensión.
El "FIFAGate", que estalló con el arresto el 27 de mayo de 2015 de siete dirigentes del fútbol mundial en Zurich, afecta sobre todo a ex responsables del fútbol sudamericano –entre ellos el dirigente chileno Sergio Jadue– y de la Concacaf en casos de derechos de competiciones continentales.
El caso, instruido en Estados Unidos, ha provocado la condena a nueve años de prisión del paraguayo Juan Manuel Napout y a cuatro años del brasileño José María Marin. Jeffrey Webb, de las Islas Caimán, se declaró culpable y aceptó pagar 6,7 millones de dólares.
En lo referente a los derechos de los Mundiales, el ex secretario general Jérôme Valcke tuvo que verse con la justicia en Suiza junto al patrón de beIN Media y del Paris Saint-Germain, el qatarí Nasser Al Khelaifi. Fueron acusados de haber cerrado un pacto a espaldas de la FIFA, lo que suponía "gestión desleal", en un caso relativo a los Mundiales de 2026 y 2030.
Al Khelaifi fue absuelto en octubre de 2020 por la justicia suiza, mientras que Valcke recibió un pena ligera en otro caso no relacionado con el dirigente qatarí. Sin embargo, la fiscalía recurrió y en el juicio que tuvo lugar a principios de marzo en Suiza solicitó 28 meses de prisión y 35 meses contra Valcke.
La caída de dos pesos pesados de los despachos del fútbol puso en jaque al fútbol mundial a finales de 2015. Fue por un caso de "gestión desleal", referente a un controvertido pago de 2 millones de francos suizos (unos 2 millones de dólares) de la FIFA a Michel Platini en 2011, validado por el presidente de la FIFA de entonces, Joseph Blatter, sin mediar un contrato escrito.
La justicia suiza abrió el 2 de noviembre de 2021 la vía a un proceso, que comienza este miércoles, contra Platini (66 años) y Blatter (85 años), acusados de varios delitos: "fraude", "gestión desleal", "abuso de confianza" y "falsedad documental".
Ambos señalaron que se trataba de una cantidad por un trabajo de asesoría que se remontaba a 1999-2002.
Platini, que presidió la UEFA de 2017 a 2015, vio en este caso un "complot" destinado a apartarle de la carrera por la presidencia de la FIFA, en la que parecía ser el favorito. Finalmente fue su ex colaborador Gianni Infantino el elegido para presidir la FIFA.
El francés contraatacó a finales de 2018 con una acción legal por "denuncia calumniosa" y "asociación de malhechores".
En noviembre de 2021, el que fuera tres veces Balón de Oro denunció en París a Infantino por "tráfico de influencias activo" y a Marco Villiger, ex director jurídico de la FIFA, por "complicidad en tráfico de influencias activo".
Elegido en 2016 con la promesa de "restaurar la imagen de la FIFA", el actual presidente de la Federación Internacional, Gianni Infantino, vio el 30 de julio cómo se abría contra él una investigación penal por "incitación al abuso de autoridad", "violación del secreto de función" y "obstaculización de la acción penal".
La justicia suiza le reprocha tres reuniones secretas en 2016 y 2017 con Michael Lauber, entonces fiscal jefe de la Confederación (MPC), lo que disparó las sospechas de colusión entre la fiscalía y la FIFA, parte civil en la mayor parte de los procesos.
El ítalo-suizo aseguró por su parte que se trataba de mostrar al fiscal "que la nueva FIFA está a mil leguas de la antigua".
Las investigaciones se retomaron el 15 de diciembre, después de siete meses de parálisis tras la recusación en mayo de 2021 del fiscal suizo Stefan Keller, que investigaba el caso y que señaló igualmente "indicios" de "gestión desleal" en un vuelo en avión privado efectuado por Infantino en 2017 y pagado por la FIFA.
Dos nuevos fiscales generales extraordinarios, Hans Maurer y Ulrich Weder, están ahora encargados de continuar con la investigación.
La investigación más delicada para la instancia, por la sombra que arroja sobre la principal competición FIFA, afecta a la concesión a Qatar de la organización del Mundial de 2022.
Las sospechas de compra de votos para el proceso de elección del 2 de diciembre de 2010 motivaron una denuncia a finales de 2014 ante la justicia suiza, que desde mayo de 2015 abrió una investigación por "blanqueo de dinero y gestión desleal".
De manera paralela, la justicia francesa investiga por "corrupción activa y pasiva" una comida que tuvo lugar el 23 de noviembre de 2010 entre Nicolas Sarkozy (entonces presidente de la República Francesa), dos altos dirigentes qataríes y Michel Platini, que entonces presidía la UEFA.
Sobre este tema, Blatter declaró como "testigo" ante los investigadores franceses en noviembre de 2021.
Si bien Qatar focaliza la atención, el Mundial de Rusia 2018 y el de Sudáfrica 2010 también están salpicados por sospechas de corrupción.
Suiza tuvo que cerrar en abril un caso sobre la concesión a Alemania del Mundial 2006, debido a que había prescrito.