Zinedine Zidane suena fuerte en el PSG. El francés, ex DT del Real Madrid, es una de las cartas para suceder a Mauricio Pochettino.
En medio de las especulaciones, el técnico dio una entrevista para Telefoot en la que habló de varios temas. No se quiso referir a su posible llegada a París.
Sobre si quiere seguir trabajando como DT, fue claro: "¿
Si puedo aportar cosas aún como entrenador? Sí, muchas, o creo que algunas. Quiero continuar porque aún tengo la ilusión, es mi pasión".
Además, sobre su exitoso paso por el Madrid con tres Champions ganadas de forma consecutiva, dijo que "trabajamos mucho, tuvimos jugadores increíbles, y un equipo que me siguió. Yo fui responsable de muchas cosas, pero tuve un gran equipo que me respaldó. Solo no hubiera sido posible. Necesito rodearme de gente con la que me siento a gusto. Si no, no puede funcionar".
También, recordó la final del Mundial 1998 en la que golearon a Brasil: "Cualquier jugador de élite aspira a vivir momentos como ese contra Brasil. Aimé Jacquet, el seleccionador, me dijo que tendría oportunidades de marcar a balón parado porque nuestro rival defendía en zona, no al hombre, y no eran muy altos. Era cierto: marqué en dos ocasiones. Fue una noche fabulosa y una suerte poder vivirlo con nuestras familias".
Finalmente, rememoró además el famoso cabezazo a Marco Materazzi en la final del Mundial 2006 y el penal "a lo panenka" que le hizo a Gianluigi Buffon en ese partido.
"Creo que lizarazu es el único que me hubiera podido contener en aquel momento. Hubiera sido importante que estuviera conmigo, a mi lado, pero no se puede volver al pasado. No estoy orgulloso de lo que hice, pero forma parte de mi carrera. Siempre hay momento complicados y ese fue uno de esos.
¿Un gesto de locura? No lo creo. Me dije a mí mismo que quedaba mucho partido por delante. Aquel penal fue en el minuto siete u ocho. Tardé unos segundos en decidirme cómo iba a lanzarlo. Enfrente tenía a un portero que me conocía perfectamente y tuve que inventarme alguna cosa".